Romería palentina del “pan y el quesillo”

Pedrea_Pan_y_Quesillo__B_V

Cuenta la leyenda y la tradición aquí en Palencia que, “corriendo el año 447, Santo Toribio vino a Palencia a predicar contra la herejía priscilianista. Prisciliano, fue Obispo de Ávila y fue expulsado de la iglesia católica romana por predicar su doctrina, que no reconocía entre otras cosas a la Santísima Trinidad. Más tarde, fue acusado de mago y fue ajusticiado. Parece ser que en aquellos años tuvo muchos seguidores entre los visigodos de entonces, sobre todo en Galicia y en el Norte de España.

Los palentinos de aquel entonces, que eran adeptos a la secta, insultaron y apedrearon a Toribio, teniéndose que retirar a una de las cuevas del cerro conocido como del Otero. Desde su gruta, Santo Toribio mandó que se desbordaran las aguas del río Carrión que la cruza de norte a sur, y la ciudad quedó totalmente inundada.

Los vecinos subieron en peregrinación hasta el cerro y allí pidieron perdón al santo. Y éste, compadeciéndose de los palentinos, mandó que las aguas del río volviesen a su cauce, cosa que así sucedió.”

Desde entonces, los palentinos adjuraron de la herejía y santo Toribio fue declarado segundo patrono de la ciudad. En recuerdo de estos hechos, cada año hay fiesta grande en el lugar, la conocida como “Romería de Santo Toribio”, a la que acuden miles de personas y ha sido declarada como “Fiesta de Interés Turístico Regional”.

En procesión es llevada la imagen del Santo, acompañada de las autoridades que cumplen así un voto de villa. Autoridades y pueblo ascienden por el cerro hasta la ermita, situada a los pies de la imagen del Cristo del Otero, monumental estatua de piedra de 21 metros de altura, de la que es autor el escultor palentino Victorio Macho en el año 1930.

Tras la misa, el alcalde de la ciudad y las autoridades arrojan a las personas congregadas en los entornos del cerro cientos de bolsas, que contienen pan y queso.

Los allí convocados debajo del balcón de la ermita, tratan de coger las bolsas al vuelo entre gritos y algarabía, dándose algún que otro empujón y alguna pérdida de equilibrio, pero suele prevalecer la alegría y el carácter amistoso de la pedrea.

Y dicen que es la intercesión del santo, la que evita cada año que se produzca algún percance en torno a las laderas del cerro.

Después de la pedrea, continúa la romería y la fiesta a los pies del cerro, siendo típico degustar avellanas, almendras… y los exquisitos caracoles del terreno.

Y será este domingo 5 de mayo.


“Si vas a la romería
el día de Santo Toribio,
cómprame unas avellanas
y tráeme pan y quesillo… “

© J. Javier Terán

Comentarios

  1. Qué hermosa costumbre la del pan y quesillo, en mi pueblo se hace el día de San Isidro, y no se ha perdido la costumbre... Me encantó leerte. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Julie, por tus expresivas y sentidas palabras hacia mi relato. Sí, aquí tiene mucho tirón esta romería; además, el lugar no puede ser más emblemático. Abrazos.

    ResponderEliminar
  3. Como siempre hermosas palabras llenas de historia y alegria...una bonita tradicion que no se debe perder y de seguro tu la mantendras y nos lo contaras cada año con ese cariño que le imprimes.

    por cierto la iglesia a la que pertenecia se llama Santo Toribio

    besos

    ResponderEliminar
  4. Estaba anunciado en los tablones de las fiestas, para el domingo pasado... ¿Qué pasaría para trasladarla al día de la madre?
    Entonces, el Día de la Madre, será aquí celebrado, el domingo 12 de mayo, el siguiente???
    O quizás, será una doble fiesta, unos arriba cogiendo lo que puedan y otros a la Catedral, a la misa principal...
    Hace que no voy a una y a otra... ya, ni se sabe... qué tampoco me da... se fue la novedad en sí.
    ¡Pásalo ese día, de lo más sensacional y cuidado en el mercadillo, se pasan de precio en todo!
    Felices sueños en éste otro día, del trabajo, la fiesta internacional, de guardar y respetar...
    Abrazo grande,

    ResponderEliminar
  5. Mía, ocurre que, debido al domingo de elecciones, lo trasladaron a este 5 de mayo. Que coincidirá, en efecto, con el día de la madre.
    Y sí, son muchos los palentinos que se acercan hasta el Cristo para cumplir con la tradición. Y, la verdad, que es algo muy arraigado en la ciudad. Hay mucho ambiente. Besos.

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias, Mª Luisa por tus palabras. Sí, la verdad que tiene mucho éxito cada año esta romería entre los palentinos. Sí, la ermita desde donde arrojan las bolsas de pan y quesillo se llama de Santo Toribio. Besos.

    ResponderEliminar
  7. Pues, menuda pasada... podrían haberlo dejado para el siguiente domingo día 12, sería de otra manera...
    Ya sé del arraigo que tiene y de la cantidad de gente que participa en la Pedrea, y después en la tarde última, que se llena todo hasta los topes, y no hay donde poder encontrar un lugar para sentarse y tomar algo.
    Los puestos del Mercadillo Artesanal, son para ir casi a última hora, si no... no sale a cuenta.
    Cuando ellos ya hacen el agosto durante la semana, ese último día, lo aprovechan que ni se sabe... pero, hay qué verlo todo y saber encontrar lo que se necesita o se desea encontrar...
    Y, en la tarde última se encuentran gentes camufladas entre vestimentas que ni te las pudieras imaginar... para querer pasar desapercibidos, al final, quienes les conocen, no lo logran... y quedan al descubierto siempre, qué cómo no se les dice, no se enteran nunca... y, es súper divertido, ver las formas que se topa uno por el largo recorrido...
    Abrazos,

    ResponderEliminar

Publicar un comentario