Amor de primavera

Foto_Aut

¡Cómo añoro todavía este paisaje!, donde un día de aquella primavera recién estrenada, se nos pasaban volando las horas contemplándolo como una foto fija, como uno puede contemplar las evoluciones de un pez de vistosos colores en el espacio de su pequeña pecera.

¡Cómo no añorarlo!, si allí a su vera tú y yo forjamos nuestra inicial pero sólida amistad. Y hasta, en un descuido del subconsciente, nos hicimos mil promesas de amor, soñando un encuentro que cada vez parecía dilatarse más en el tiempo.

Tú me decías que te acercase un poco más la foto y la encuadrase en la dirección opuesta del sol, porque tu móvil no daba ya para más y no lograbas apreciar con suficiente nitidez mi foto de perfil enmarcada en el paisaje.

Yo lo intentaba una y otra vez para lograr esa posición que mejor cumpliese tus deseos. Pero las características técnicas del móvil y del whatssap que lo transmitía no daban ya para más.

Aún así, la foto era la disculpa, lo sé; porque lo que verdaderamente importaba en aquellos momentos eran las palabras que nos escribíamos y nos enviábamos en ambas direcciones, llenas de hondo sentimiento y también de clara sinceridad.

Y fue entonces cuando, a pesar de la distancia real y física que nos separaba, las palabras y las fotos a través del móvil obraron el milagro y parecíamos acercarnos más y más por momentos –a pesar de la distancia-, hasta casi poder rozarse nuestros cuerpos en la horizontalidad del paisaje; gracias al intenso sentimiento de los mensajes y a una extraordinaria sensibilidad de ida y vuelta que pronto surgió entre los dos y que sobrevolaba llena de dicha nuestras conversaciones.

Con el sol ocultándose ya al fondo del paisaje, nos despedimos, muy a nuestro pesar, entre deseos de felicidad y promesas de un pronto encuentro.

Al día siguiente, amanecía apenas sobre el paisaje, y yo emprendía un camino que, al cabo de unas horas, me llevaría a un encuentro contigo y con nuestra dicha de conocernos y emprender algo juntos, en un futuro muy cercano; tanto tanto, que estaba ya ahí, a la vuelta de la esquina. Eso bien lo sabíamos los dos…

  1. J. Javier Terán.


                    (Foto tomada de Internet)

Comentarios

  1. ¡Qué románticos recuerdos de ese Amor Primaveral... muy bonito, "Me Gusta"!
    Pero, al final, el reencuentro se hizo realidad o aún estáis esperando ese acercamiento....
    Por fa... el desenlace, ¿qué pasó realmente? A la próxima, añades un pelín más, pa saber cuál fue el resultado...
    Aunque, claro está, nunca se pone el qué pudo pasar o acaecer, pero, no se vale, me dejas en ascuas... corchos... ¡Hoy no tengo la imaginación avispada... jajajajajajajajaja!

    ResponderEliminar
  2. En efecto, el encuentro se produjo en persona. Y ambos dos emprendieron su vida juntos; fueron felices y..., comieron perdices... Bien, la historia terminó bien. Pero claro, esa es mi visión; susceptible de cualquier otro desenlace... Muchas gracias.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario