Caducado esta el tiempo
que dejamos a nuestros ayeres,
enorme el nuestro amor
impúdico y total
como alma reclama
-Untada esta la carne-
Estoy vivo de aire y fuego
a tus resplandores…
¡Ay dolorosa planta
de tu andadura profana!
¡Tu velas y me acaricias el aliento
mientras el pensamiento se irgue como onda
espumando salpicaduras y sueños
al cielo terso!
¡A Morfeo mi rendición,
a ti mis suspiros!
© Greg D.
Al leerte, se vuelve a soñar.
ResponderEliminar¿Y que es la vida sin sueños? biquiños...
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