AZOR RADIANTE

Fenix
Aguaceros de junio se derraman en mi alma,
ramalazos de vida, cada gota del agua rumorosa
trae tu aliento de amor. Es en las cosas nimias
que el alma se rebosa en recuerdos de un ayer
que sustenta el presente que tengo
y me entretiene hundida entre las hojas
de un cuaderno de versos que desdoblan,
en aliento de ensueño, el pensamiento,
volutas disparejas de una niebla que surge
de tu paso en mi memoria. No te olvido
y no quiero olvidarte, aún te amo al paso
inexorable de las horas de este tiempo
que me antoja feliz discernimiento,
más que vida consciente de tu ausencia.
Eres fuego alentando mis pasiones,
brisa eres refresco de emociones
que pululan en medio de mis penas,
del doliente pesar que me atenaza
cada noche que pasa mi garganta
sin que surjan gemidos que te alcanzan.
Te has marchado por fin, ya no te siento
ni alienta ya tu aliento aquí en mi boca
y me niego a aceptar tal abandono,
vuelve a mí ectoplasma del que adoro
a evitar que al morir en mi memoria,
yo me esfume también, junto a tu historia.
Ven aquí, otro rato a ras de tierra,
estremécete aún entre mis brazos,
en tu espacio no estoy; mas, sin ti muero.
El cielo no se irá, puede pasar de ti.
Bien, pudiera… esperar, a que yo muera
y milano espectral, azor radiante,
en luz, nos... convirtiera.

Yolanda Arias Forteza.

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