TEMERIDAD (Mayo , 10, 2010)

13146_674193346060045_3366483277667278811_n

Después de tantos años de envejecer
sin remedio de desearte, de pensarte,
de que se me acabe el ansia que siento
por desnudarte, he decidido tomarte,
en cuerpo y alma abrazarte y por fin,
hacerte mío. Y he de rozar con mi mano
tu piel, ardiente canela, descolgaré
a tu reclamo, mi melena ya tardía
que mancillará de plata todo el ardor
de tu hombría. He de tomar por entero
lo que tú no me has brindado; pues,
ya el tiempo se me esfuma,
sin tocarte, ni mirarte sin saber
más de tu vida. He de conocerlo todo,
así sabrás de la mía, ardiente
como la flama que incendiara mi mirada,
al besarnos aquel día. En un chantaje
perfecto con mi descarada orgía,
ya no serás más secreto,
y saldando nuestra deuda,
tal vez me anime a tu nombre,
dedicarle esta poesía… Romperá
con mi pudor esta terrible osadía
y recordarás llorando la que se atrevió
aquel día con los versos que te diera,
cuando un beso te pedía. ¿Los recuerdas?
Sólo un beso, era uno para, recordarte…
siempre. Y, yo cumplí mi promesa, por el beso
que temblando a mis labios tú le dieras
de muerte sufro sentencia.
Si tú no hubieras hablado,
si nunca, jamás jurado amarme
en eternidad, el beso lo habría olvidado,
desamorada estaría y, por eso tú y el beso,
habrían sido de mi vida sólo, una… temeridad.
Te he tomado y te he guardado. En el corazón
amado, en memoria recordado. Proscrito
estás en mis versos, grabado en mi eternidad.

Yolanda Arias Forteza

Comentarios