AFERRADA




DESHOJANDO

Ya en mis noches no es la soledad
la que quieta en insomnio me mantiene,
es el hecho de que en mi intimidad
en tus versos mi desvelo se retiene.
Te leo y te releo y en ansiedad,
tus palabras se atropellan en mi mente
recorriendo mi cuerpo impertinente
deseo, revestido de piedad.
Piedad por mí, por ti, por ese sentimiento
que en los dos negó asumir un nombre
y en esta hora plena, de espirales grises
muerto tú y yo viva, no oso conceptuar.
Sin saber qué tú dirías, lo que creciera
en mi pecho, Amor yo lo nombraría.
Si en el tuyo hubo una herida,
como en el mío se dolía y en seísmos
repetidos, te estremeció la pasión.
En mi mente no hubo acierto a saber
si como yo desespero, acaso viviste
un día que me rumiaras… Amor
El corazón va latiendo. Por costumbre,
paso el tiempo deshojando margaritas
aferrada a esta quimera, ya cenizas,
que deseo pudiera, nombrar… Amor.



Yolanda Arias Forteza.




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