Y se sigue llorando mi egoísmo
Lágrimas candentes, dentelladas,
Besos decadentes son lo mismo
Sin ti ya, nada existe.
Se sumerge mi anhelo en la nostalgia
Se me altera la psique en los enojos
Hasta el brillo se niega ante mis ojos
Obscuridad de luz es la alborada
Ya no bajo a las dos de la mañana
Tanteando la escalera en tu ilusión
Guardo letras llorando entre la almohada
Sin ilación, ni tema o razón. Se me acaba
La fuerza. ¡A qué seguir! Abandonada
Estoy en la recama de los versos
En que me hiciste vivir. Te fuiste.
Sola. Nada más, por… decir.
Yolanda Arias Forteza
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