Trabajamos un tiempo juntos.
El tenía la profesionalidad desbordante parecía haber nacido para ello.
Cuando había alguna urgencia sabía que el respondería de forma extraordinaria.
¡Cuesta tan poco hacer feliz a la gente!...ese ser bondadoso que siempre mora en él.
Ahora nos ponemos el uno delante del otro.
Ya pasaron años y coge el fonendoscopio.
Un canto penetrante de nostalgia, me llega hasta la médula.
Me resulta tan difícil pensar de existir sin el fuego de sus besos.
Ahora que la frase "Nunca te abandonaré"
se convierte en pequeñas briznas de polen.
De alguna manera no sé cuantos
"nunca o siempre" podré decir..
aquí. así.
Mientras tanto...
Nos sentamos en el suelo
y nos reímos como críos.
¡Vivir es sublime!
© Araceli García Martín
Vivir, es un soplido, que se convierte en realidad, esa que se palpa y no se sabe si es o quizás ocurrió, y encima, es tan sumamente despacio, que pasa inadvertida...
ResponderEliminarSe nos va, se nos acerca, se recata, se doblega, se atasca, se contorsiona y al final de todo, se sienta en un zaguán, como queriendo retener sus ingenios más simpáticos... por eso mismo, es de lo más preciosismo... Araceli.
Un beso,