Sencillos los días, de luna llena,
viendo la brisa acercarse
cómo queriendo asomar, su cálida cara
y viéndola pasarse, del infinito
hasta el ocaso, tal vez. Tú mirar
hizose sonrisa, sereno Astro.
Al abrigo de los árboles,
el siseo del mar y el sol
sentían envidia de los dos,
cada mirada que se quiso dibujar
entre las sonrisas del querer.
Recordando aquél preciso momento,
dónde la confianza dice mucho más
no sé cuenta toda la realidad, tan solo
una pequeña y gran verdad,
la que seguirá su camino real.
Cuando el alma escribe al pensamiento,
tiene al amor delante suyo
como si fuese el mejor regalo
y, más preciado tesoro.
Fugaces los días, se entregan
desean ser más largos,
y así procurarse mimar sus ojos
cuando su halo, pida convertir
las mejores caricias del sentir exacto.
Palencia, viernes21agosto2015.
Poema n31/2M15
©Mía Pemán
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