Eran finas como plumas suaves,
tan relucientes que daban abrigo
y las palabras al viento, quedaronse mudas.
No sé qué ha podido pasar,
salvo que los sonrojos
adelantaron su fina estampa,
sin poder seguir su cálido paseo.
Tantas eran y gráciles,
qué distaban de ser realidades
mojaron sus ojos, acercándose
con el rocío se dejaron ver
se callaron, y solas se alejaron.
Colmados los labios, enmudecidos
quedándose sin frases bonitas,
languidecieron sin previo aviso.
¿Qué habrá sido de su querer
y no poder ser, su gran verdad?
Las ocarinas cantaban en las noches,
silbaban al viento
canciones de amistad o amor,
quién puede saberlo ahora
cuando los cantarines nacares,
han salido corriendo
tras el consuelo del néctar y la miel,
quizás un día se vuelvan a encontrar...
Palencia, martes18agosto2015.
Poema n28/2015.
©Mía Pemán
Hola, José Javier... buenas noches, muchas gracias por acercarte...
ResponderEliminarUn abrazo,
Hacía falta algo bello para que luciera la imagen... ¡ Y te ha quedado de maravilla..
ResponderEliminarbesiños...
Muchas gracias, don Greg, la verdad, es qué a la sencillez de un vaso alto, con el acompañamiento sin igual, de un estupendo y grácil abanico, nadie les puede igualar, su estupenda compañía, suele decir muchas cosas bellas... y los versos, en sí, les sirven de dulce melodía, esa qué un día pudieron escuchar a su vera...
ResponderEliminarPetonets...
En el arte de una buena imagen una buena fotografa
ResponderEliminary en el arte de unas bellas letras un buen escritor.
Gracias amores .
Besos para los dos
Araceli, da la casualidad, que tanto el poema como la imagen, son mías...
ResponderEliminarGracias a ti, por qué te gusten los dos temas...
Un beso grande,