Si me nombro amante, soy sólo teoría;
pues, de todo eso, nada he de aplicar.
Todo está en mi mente, sublime, vigente
en el calendario de un amor sin tiempo
de un amor silente que quedó encriptado
sin que envejeciera, sin que ostentara
etiqueta alguna de caducidad.
Amor inocente, sin piel, ni murmullo,
roce o arrullo, sin complicidad.
Amor que convierte años de repudio
en canto otoñal. Brebaje escanciado
en copa de hierro, amargo y ajeno,
lo he vuelto burbujas de rosa champaña
y lo degusto ahora en copa de cristal,
garganta callada, gemido que, ahogado
él escuchará y suave, en mi oído
acariciará la voz rumorosa de un amante, vivo.
Aliento de labios unidos que se abrasarán,
pasión en invierno, incrédula, plena
el sueño primero que ya, sin buscarlo,
ya sin esperarlo, por fin... llegará.
Yolanda Arias Forteza.
¡¡¡Preciosos versos, un encanto de poema!!!
ResponderEliminarMe Gusta... un beso,
Mía, romance, esperanza. ¿Sueño, o... realidad?
ResponderEliminarYo creo, que de todo un poco, he encontrado entre esos versos... un beso
ResponderEliminar