¡¡Ay de mí!!

Otra vez recibí más golpes…
ya son mis compañeros de fatiga,
¡Ay! de mí ya abrieron otra
herida, pero lejos de hundirme,
me ensalzaron y ahora soy más digna.

Que sí, que dejaron huella, pero me sirvieron
para no confiar, en ningún hombre más.
Esta vez sólo la herida tocó lo superficial,
no ha sido profunda, ¡ay de mí!
aunque duele en verdad, pero
esta vez no me enamoré
ciegamente y me cogió, mucho
más fuerte.

Ahora estoy más tranquila y más serena
he aceptado, que también se puede vivir,
sin tener a alguien a tu lado.
Ahora sé que es mejor estar
sola, que tener uno brazos falsos
que te abracen o unos labios huecos
que te besen.

No se puede querer a alguien que finge amor
sé que en fondo se nota y se siente,
es algo cruel y doloroso que
poco a poco te baja la autoestima
y te deja sin dignidad…
Es mejor decir adiós, antes que sea
tarde, el desamor se lleva mejor
y las heridas cicatrizan antes.

¡Ay de mí!
“No ames a quien amó ni sirvas a quien sirvió”.

© Carmiña Carmela  (Gaviota)