Cuando los engaños salen a flote

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No hay calma, tras la tempestad
tan sólo existe rabia y lujuria,
te vistes con traje de carnavales
y al final, sales con harapos y fantasmas

Quisieras ver las montañas del color de la primavera
y nada más sabes soñar
con el invierno, en tu azarosa existencia

Te has convertido en pasto de tus propios sueños
mientras siempre estás anhelando quimeras imposibles,
destapas botellas de viajes ancestrales
y al caer la tarde,
ya no sabes por dónde has caminado ni dónde has ido
pierdes las cuentas de tus momentos no realizados,
los cuentos son imposibles de vivir
no sabiendo a ciencia cierta,
cuando caíste en la cuenta de esa realidad

Los engaños salen a flote, bien a menudo
las visitas incrédulas se sirven en bandeja
acompañadas de brutales mentiras,
esas qué con el tiempo fuiste mezclando
a la sazón, de tus descabelladas ilusiones
que no partían de ningún lugar,
tan sólo veías a través de ojos de buitre
deseando atrapar un lugar y dormir sin descansar
y las apariencias, salieron del ocaso
para acercarse a tu puerta, la de las miserias
al tratar de manejar los hilos de un alojamiento imprevisto,
sacaste a relucir viejas rencillas del pasado incierto
cayéndote en el abismo del inocente pasajero,
aquél… que siempre viaja solo
por no llevar el equipaje controlado
sin que le estorben los lazos presentes,
sentiste agobio la primera vez en compañía sutil
mas nunca quisiste volver a compartir tus rutas de familia,
en solitario fuiste haciendo el camino… más allá en la lejanía
hasta llegar al final que nunca anhelaste, la soledad absoluta

Bisagras por entendimiento, las justas y a disgusto
deseaste entrar de puntillas,
y saliste tan deprisa que un poco más y te estampaste
en aquella pared de barro y alpargatas,
te quisiste ver reluciente como un banderín
saliendo a cuatro patas, igual que niño desvalido
tan deprisa corriste, que el camino fue agreste y transeúntes hallaste
al descansillo de tu fuero interno, encontraste
solariegas tierras castellanas entre labriegos azarosos,
burlándote de sus hazañas contadas
a pasos bajo la guadaña de tu ancestral parsimonia,
esa que deseaste a pasos agigantados
al final, la has encontrado y buscado
casi sin la necesidad de rogar al cielo bravío
te viniese a encontrar, pues, marcharte querías
a toda prisa y dejando las prisas tras de tu desesperada incredulidad

Palencia, domingo27sept2015.
Poema n39/2015
©Mía Pemán

Comentarios

  1. Buenos días amiga:
    Buen tema tocas hoy y de una manera sutil y poética, pero no deja de ser triste,
    me has tocado el alma.
    Amiga cuando las mentiras salen a flote, es cuando de verdad conocemos a alguien.
    Un abrazo

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  2. El resumen de tu escrito, es... Realidad, la vida misma... Con miedos, temores, miserias, rabias a veces contenidas y otras exacerbadas.
    Todos mirando al pasado buscamos justificaciones y otras veces ni las necesitamos, tan solo reconocemos las veces que nos hemos equivocado aún si dejarlo traslucir.
    Con el tiempo he aprendido que no quiero lastres Mía, nada tengo y quizá por ello nada soy para los demás, pero camino ligera de equipaje, sin nudos que me dejen huellas profundas y sin lazos que me aten aunque sea suavemente.
    La madurez te hace ver la vida desde un prisma bien diferente a cuando éramos jóvenes y creíamos saberlo todo.
    No sé si avanzo o no, pero si sé, que soy consciente de ser yo, ni alguien inducido, ninguneado o dirigido y con eso me voy conformando.
    Siempre mis reflexiones porque tú me llevas a ellas.
    Gracias por compartir inquietudes y vivencias... :) Creo que un poco de todo.

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  3. Muy bueno, me agrada tú resumen, es la vida misma, la que nos lleva hasta encontrarnos por aquí.
    Eso qué dices de la madurez, hasta este año no había caído en ello, los pensamientos míos, siempre iban para otras personas, pero, este año, voy aprendiendo muchas cosas y me haces pensar, lo que tenemos en sí... aunque, ya hacía tiempo que lo sabía, pero, no lo veía de esta forma que tú lo miras.
    Claro que avanzas, no te quedas estática, eso no es así, todos y cada uno de nosotros, sabemos que nuestro camino va haciendo un sendero, el que nos está guiando hacía una latitud diferente, pero, en compañía de personas agradables que se acercan a nuestro lado y, qué algunas veces, se marchan... y no vuelven nunca más, pero, sabemos que las hemos tenido ahí, justo al lado.
    Nos van dejando sus pizcas, los instantes que hemos pasado con ell@s, nos van ayudando a veces, a saber comprender cosas qué, quizás a otras personas se les lleguen a escapar y nunca quieran comprender, lo importante que es, haber estado a su lado y qué ellos, aunque bien no nos hayan hecho, han rozado nuestro sentir más natural.
    A ti en todo caso, te debo dar las gracias, por hacerme volver a pensar, en cosas que se me quedaron ahí... y las he conseguido reunir en estos momentos, viéndolas de otra manera diferente.
    Un placer, tenerte como amiga, y compañera en este trayecto que compartimos nuestras obras y vivencias...
    Un beso grande, Olga

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