Arrojó las llaves de la cordura al mar.
La demencia agitó los harapos de su maltrecha libertad.
Desmembró su corazón ,
desató sus latidos y en la cima de cada golpe bailó sin mesura.
Descosida la mente del cuerpo,
viajó veloz sin brújula ni tiempo
para entregarse al vacío,
desde lo alto del último muro del mundo.
© Leha
Y...., ¡cataclán!, se fue al fondo del pricipio... (en busca de las llaves, claro).
ResponderEliminarBreve en versos, pero expresivos, claramente expresivos...
Un abrazo.
Jjajjajjaj no pensé yo en las llaves pero bueno, ¿porque no?...el cataclán me ha encantado, gracias por tu nota de humor
ResponderEliminarBesos
Yo hace tiempo que arrojé esas llaves al mar ,
ResponderEliminarYo no me subí al muro más alto del mundo, pero si vuelo
como cabra por los montes feliz y contenta.
Me ha encantado este post, lo siento muy liberador.
Besos mi ángel
Gracias mi ojazos....te subes a ese muro cada vez que te atreves a intentar enfrentar todo aquello que te limita y que te cohíbe....que nada ni nadie te impida ser lo que tú te propongas, aunque no cumplas "sus" normas...Un abrazo fuerte
ResponderEliminarLo hago mi ángel no lo dudes y cuanto más trabas me ponen y más me fastidian más fuerte me hago,así soy yo
ResponderEliminarMuchos besos tesoro.
Tus letras me llegan al alma.
Es triste pero tan hermoso al leerlo que atrapa y nos hace sentir en mucho identificados... Gracias :)
ResponderEliminarGracias Casal, creo que en algún momento todos somos un poco de ese modo
ResponderEliminarUn abrazo
Romper patrones y atreverse. Inspirador Leha
ResponderEliminarGracias Yolanda, me gusta como recogiste mis palabras...Un beso
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