Qui lo sa

 

Quí lo sá

En el fondo de mi alma, andan caminando las palabras y frases, así como tantos dichos que irán saliendo de vez en cuando, para saber explicarlos de un modo más simpático y coloquial, y el entender de las gentes se volverá dicharachero y divertido.

Quándo se distraen las formas
salen a relucir los inconvenientes
Unos más que otros, no saben de nada
quién sabría distender las formas,
de todo entiende
Inocentes, quienes saltan sin más
las barreras de las expresiones

Lazos del más allá se acercan
para intentar averiguar formatos nuevos,
Originales siempre llegan a ser
y más de una vez se aceleran en el trato

Sabelotodos de campeonato,
saltarines de columpios
abreviaturas se les distorsionan,
al resbalarse del trampolín en marcha
se estrellan contra el muro de la sabiduría coloquial,
Averiguaciones de improviso y a toda mecha
salvaguardarse intencionadamente,
muy avispados se cree y nada más de la verdad
socavones en sus memorias, hondones
llegan a encontrarse,
más densos que una peonza
en un campo de zanahorias

La fórmula de las cosas habituales, andan y caminan alrededor de todos los que estamos en una misma onda, la realidad, esa que se va viviendo sin pensarlo mucho… Ahora sé qué la vida, está por ahí, en algún lado, y al final, puedo deducir que los instantes pequeños, son a veces, los más esenciales, por eso mismo, ahora sé que la vida, es una continuación de la imaginación más determinante, y puedo adivinar que las líneas de un destino, son las que forman parte de un todo o de un más allá, que se acerca cada vez más a nuestras sencillas razones del existir más inmediato… y, ahora sé lo que quiero sentir y poder vivir en un cercano lugar llamado… ¡Quí lo sá! Un mundo quizás lleno de un trozo del desdecir, que no es ni será un mañana, sino un presente de lo más ocasional, y vendrá a formar parte de un todo…

Quién lo sabe, quí lo sá magna expresión y bastante usual, para quienes la suelen utilizar más o menos, a menudo en sus quehaceres cotidianos del ámbito más popular de la palabra hablada…

Lluvia de colores, de melodías, esas para escuchar en cada instante, para saber darle un sentido al más inquietante yo, indeterminado… ese que dice no saber qué es el día a día o el sentir de momentos, el qué nos congela el semblante, pero no el parpadeo de nuestras visiones más puntuales y al final, nos enseña cada puntilla del día a día, como si fuese una pizca de lo que pueda ir acercándose poco a poco.

La locura de los días, nos acelera las emociones, en un mundo que a veces no existe y en otras ocasiones, ni lo llegamos a distinguir, porque, no le percibimos… ¡Nos deja, medio embobados, de esencias extrañas, esas que se acercan sin más nada, las que no hemos llamado, y luego, las tenemos ahí… como algo de lo más natural, y es cuando, la felicidad se acopla a nuestro vivir de cada día…!

Palencia, sábado21noviembrer2015.
Acróstico n49/2015
©Mía Pemán