Zarpazos de la vida

 



 

Raspando por la vida,
te encuentras cada cosa que
es imposible a veces, el creerlo

Raspas para todo o para nadie,
¡hay tantas en muchos lugares
y no atinas a comprender
sus rarezas ocasionales!

En muchos sitios están,
las ves, las hueles
pero, no las sientes
hasta que no las tienes enfrente

Estos días, raspas han venido
de aire y frío,
de esas ráfagas que te tiran
y ni sujetarte, que te espabilan
si avanzas, te ladean y te aturden

Son los encontronazos de un sinvivir
esos que se deshacen nada más ser vistos,
más tarde o más temprano
se escabullen los primeros, como agua estancada
que no sirve para ser vista ni de cerca ni de lado

Y, el sol se rasgó y rompió sus listados naturales
convirtiéndose en trozos partidos por la mitad,
como si se tratase de hilachas desencajadas
ya le daba vergüenza que le viesen así,
descompuesto y vencido
no deseaba ser normal, ni ser desigual
quiso buscar una solución
y, lo único que encontró, fueron
desaires y llegó a la desesperación,
por eso mismo
aparece rasgado y sin ganas de ser,
así le apreciamos cuando triste está
entre las nieblas cobijado
al igual que un gato salvaje,
arañazos regala sin más nada
y zarpazos acerca como caramelos ácidos

Palencia, jueves02julio2014.
©Mía Pemán

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