Es largo el camino que debes andar
Para convertirte de niña en mujer.
Sucesos de vida que te han de marcar
El alma con fuego por la eternidad.
Nena candorosa, la letra obligada
Soledad del alma, en el internado,
Nueve largos años de preparación,
Juvenil deleite de los años mozos
Ilusión de estrellas en la madrugada,
Del paseo, del baile, de ir a la modista,
De en cada ocasión, estrenar vestido
De la tibia leche, de higos en compota,
De frijoles fritos con tacos de nata.
Del budín de pasas en la Navidad
El paseo obligado, bajo los luceros
Para en su retablo dar gracias a Dios.
De bienes y dones que ha dejado el año.
Cuando esto recuerdo, un escalofrío
Me recorre el cuerpo, y olores eternos,
Traspasan el tiempo, haciendo que ávida
Regrese al pasado y en dulce homenaje...
¡Añore a mí madre!
©Yolanda Arias Forteza
Septiembre, 2003
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