El mar calmo
había desaparecido la carrera humana
no quedaban sombrillas en la playa
hice respirar a la nostalgia, para no dañar mi alma.
Los recuerdos afloraban...
una cinta proyectaba la película que mis ojos
cansaban, recordaba siempre las miradas,
El eco entre sollozos, lanzo un suspiro
para que el grito lleguen a todos los oídos
como el viento mueve las ramas.
¿Porqué esas imágenes quedan clavadas?,
y tanto me hacen sufrir...
¡Por eso este mundo no era para mí!
Todo flotaba en el aire....
¡Ay Dios!, Espero tu venida, qué ponga calma, y quede libre mi alma.
Sólo quiero una bella melodía y Tu canto haga reinar la paz...
que sólo me deje ver el arco iris de la playa!
© Matilde Folgoso Bravo
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