DACTILARES LAS HUELLAS SON

 

 

Son dactilares la huellas, cuando
se nos acercan con sigilo y mimetismo,
vienen cargadas de delíneos
los instintos versátiles que dan nombre
a infinidad de surcos invisibles

Dodecaedros, sacan su lado más brillante a relucir
Asistentes que trasiegan sus estaciones, las más indómitas
Cargadas de renombres, sin saberse enumerados
Taciturnas serviciales, allá por donde pasan
Instancias, dan a conocer su verdad inverosímil
Luces revisan esa estancia primera, la causante de sus viajes constantes
Asombradas más de una vez, se quedan y otras las dejan
Retoques ensimismados, los que se resisten a ser modificados
Equidistantes qué tienen infinidad de hermanos al lado, y no se quejan
Signos acumulan en ese interior visible

Lazos de sangre, esos qué se mueven en su mismo interior
Abandonadas más de una vez, y no se resienten
Seséanse en sus latidos contorsionistas

Hábiles cómo los colibrís, bailan al son de un mismo ritmo
Unifícanse y no se pierden hasta que las puedan separar
Escapar algunas veces quisieran, pero, han de estar unidas sus líneas
Libres siempre están y nadie las molesta, salvo qué se desentiendan
Ligeras cómo el viento, pueden volar sus ilusiones y no se pierden
Anídanse, tanto cómo lo desean, son huellas, pistas de mucho cuidado
Salir airosas, quieren y lo pretenden

Silbidos, les llaman a menudo, y dicen estar bien
Oníricamente andan sin caminar, y saben imaginarse lo que se les antoje
Nudos no llevan, si no, se les vería amontonadas

Palencia, sábado 28 noviembre 2015.
Poema n48 y Acróstico n51/2M15
©Mía Pemán