Descalza
vengo
caminando
por mis pensamientos.
Siento tu voz,
que me tatúa
un nombre de humo
en mi espalda.
Cuando
sueño contigo,
es contigo…
Despierto, siempre
entre tus besos,
por mis ojos,
por mi frente.
Rayo de luz
que silente
alarga las horas.
Gemidos,
susurro,
de corazones al alba.
Con gran sentir me despido,
dejando aquí
parte de mi.
Desgranando un día más
paso a paso, suspiro a suspiro.
La marcha, vuelve a comenzar.
© Araceli García Martín
¡¡¡Precioso, es decir poco, pero, no añado más, que rompo su halo...!!!
ResponderEliminarUn beso grande, Araceli....
Hermoso, como tu corazón este poema Araceli, me encanta.
ResponderEliminarTe dejo mis saludos y muchos besos