Entre margaritas extraviadas

Amapolas

Escudriñando el exterior de la calle a través de mi ventana –esa que vio cómo te alejabas un día, pero que estoy segura que no tardando te traerá de nuevo hacia mí-, absorta en mis pensamientos una vez más, veo caer una lluvia intermitente y fina sobre el asfalto y sobre el cercano parque, resbalando imparable también por mi ventana. Recordando estoy a retazos en mi pensamiento el olor de la primavera entre sus flores y el aroma de la tierra mojada por esta lluvia; sincronizando un ciclo de luz y de emociones.



Y entre algún resquicio de mi memoria, noto que quieren escaparse también unos alegres trinos mañaneros, provenientes de unos cuantos pajarillos engalanados para la ocasión con sus majestuosos colores y con sus ojillos chispeantes de alegría, que junto a mi ventana andan revoloteando, abrazados por el viento y jugando a sobrevolar entre los rayos sol que les llegan de lejos.



Y de repente, me he sentido uno de esos pajarillos a tu encuentro, libre como el momento de nuestro último beso; o como ese último adiós que se nos escapó, como la sangre a las amapolas, tan bellas, pero insignificantes ellas; tan soñadora yo mirando el azul del cielo y sus nubes blancas tan tenues; cual si notase una caricia en el corazón…



A veces, en aquel ayer, recostados sobre la hierba y rodeados de margaritas por todos los lados, jugábamos instintivamente con sus pequeños pétalos al “sí me quiere, no me quiere”. Quizás estábamos llenos de juventud y de arrebatos…; y el amor parecía un sueño barato y plenamente alcanzable, de esos que pasan dejando tan sólo alguna pequeña lágrima para recordar. Como ese primer amor que, por más que pase el tiempo, nunca se olvida; y que gracias a él, es como si se parase el tiempo y te mantuviera siempre en el vértice de las locuras.



Otras veces, girábamos la cabeza cogidos de la mano, cuando alguna tormenta de primavera dejaba caer esas gotas tan finas de lluvia que apenas si rozaban nuestras palabras; pero que nuestros labios, aprovechando el momento, intentaban beberse hasta el final, tan rebeldes y transparentes ellas…



Siempre andábamos soñando, acercando el tiempo o alejándolo a nuestra conveniencia. Sabíamos que la realidad no era fácilmente manipulable, y aunque a veces ni siquiera resultaba agradable, sobre todo cuando alguno de los dos estaba esperando que el otro volviese a mirarle con la dulzura de ayer, junto a esa pizca de realidad de un “te quiero”; o cuando las palabras se escondían tras el rubor de la mejilla, y el corazón golpeaba los sentimientos con tanto ímpetu que casi casi hasta dolían…



Sigo curioseando a través de la ventana, observando cómo siguen resbalando las gotas de agua tras los cristales. Sin saber muy bien en qué lugar me encuentro; si a tu lado –y tú al mío-; si soñando y hablando en silencio con la melancolía; si volando libre como un pajarillo; o siendo el aroma de las flores, o tal vez el beso definitivo que nunca te atreviste a darme –aunque yo temblaba esperando el momento-.



Aún no sé si regresarás, y ya puedo ver al sol brillar de nuevo en nuestras miradas. Aunque noto que la mía se opacó un tanto con tu partida…



Una partida demasiado larga en el tiempo. Aunque al principio intercambiáramos nuestros sentimientos con nuestras cartas casi diarias, escritas al dictado del corazón. Pero poco a poco aquellas letras fueron escaseando; hasta terminar perdiéndose casi por completo, como la noche tras cada amanecer…



Y es ahora, que tengo una margarita imaginaria entre mis manos cuando, pétalo a pétalo, me pregunto cuándo volverás a mi lado… Aunque otras veces, crea ser esa amapola que sueña contigo y dibuja sus labios con el carmín de su vestido, siempre tan rojo…



Y de pronto, cuando la lluvia parece estar cesando por momentos en el exterior, creo poder adivinar al final de la calle y entre la llovizna tenue del momento, tu figura estilizada y con paso firme, dirigiéndose hacia mi ventana y escondiendo algo entre las manos que ocultas tras tu espalda.



Sí, no cabe duda que eres tú, algo más delgado es cierto, pero con tu habitual porte y tu elegancia puesta de manifiesto en cada paso que das hacia el frente.



Le emoción me embarga por momentos y no acierto a articular palabra; viendo, además, cómo el cristal de la ventana que tengo frente a mí se me ha empañado por completo. Deslizo nerviosa mi mano sobre el vidrio intentando quitar la humedad del mismo; pero para cuando lo he conseguido ya no estás entre la gente que pasa por la calle.



Por unos segundos, pensé que todo había sido un sueño en el que mi subconsciente trasladaba al presente mi deseo de cada día. Pero fueron sólo eso, unos segundos, porque al instante sonaba con fuerza el timbre de la casa anunciando una visita.



Nos abrazamos con tanta emoción al reencontrarnos, que el ramo de flores que me entregabas como presente, rodó por los suelos, en tanto que nos fundíamos en un tierno y esperado beso, que se prolongaría lo indecible en el tiempo.



© Mª Luisa Blanco y J. Javier Terán

Comentarios

  1. Ya sois los maestros en éste arte del Dueto prosado.. .con vuestros relatos acompasados, que nos deleitáis con esas letras románticas, llenas de candor y qué nos hacen faltan, tenerlas al lado, para tener ese sabor al lado y no dejar de leeros... ¡De lo más increíbles, absortos con esas líneas... dais fulgor a esos trazos que con delirio sabéis hacer que lleguen más allá del entender primordial!
    Estupendo... FELICIDADES a los dos... Luna y Javier...
    Un abrazo y un beso, grandes...

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  2. Mía, gracias mil en nombre de los dos. Preciosas palabras las tuyas, para rematar nuestro relato. Lo has dicho muy bonito. Un beso.

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  3. Arte en la escritura, ese espacio donde las palabras se cobijan en prosa romantica...Un camino lleno de palabras que nos da rienda suelta a nuestra imaginacion atraves de Luisa Y Javier...Conocimiento, palabras y belleza fundamental , para adentrarnos en este relato, que cautiva desde el principio al final....Arte sin duda...Respiro aire fresco , al leeros, ese juego de palabras tan ordenadas... Enhorabuena Luisa Y Javier....Un beso a cada uno,de vuesta lectora siempre fiel ....

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  4. Mil gracias, Pepi, en nombre de los dos. Has escrito bonitas palabras para ensalzar nuestro relato de una forma icreiblemente bien. Te lo agradecemos. Arte y sentimiento llevan tus palabras. Un beso.

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  5. Muy bueno... Javier... ¡De lo más genial! Gracias...
    Pero, no hacía falta rematarlo, ya lo habéis hecho vosotros dos, con vuestras excelsas líneas románticas.
    Un beso,

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  6. Es de lo más hermoso que destilan los perfumes de las margaritas, aromas en forma de poesía que revela emociones profundas y romance.
    Quien mejor que ustedes para enmarcar tales sentimientos para el deleite nuestro.
    Yo no tengo palabras.
    Solo les dedico un abrazo
    Y mi admiración.
    Besos Javier,
    Y besos mi Luna,
    Con cariño sincero

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  7. ...ME GUSTA...
    Palabra a palabra, frase a frase me vais enganchando a vuestras letras llenas de amor, recuerdos y porque no un amor esperado y llegado, felicidades amigos, besotes a los dos.

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  8. Muchas gracias, Manoli por tus sentidas palabras, que nos agrada recibir. Gracias en nombre de los dos. Un beso.

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  9. Muy bonito el comentario, Esperanza. Y muchas gracias por él. Gracias en nombre de los dos. Un beso desde esta parte del mundo.

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  10. Muchas gracias a cada uno de vosotros por vuestra grata visita y hermosos comentarios...Gracias Javier por seguir dibujando sueños con nuestras letras...

    Besoss

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