Qué Bello es Recordar

Esta tarde aquí sentadas, meciéndonos, como hacía años no lo hacíamos, con una taza de café entre las manos, haciendo planes para un futuro no muy lejano; pues, ya sabes el dicho, vive hoy como si fuera tu último día, y así vivimos, ideas que me rondaban en mi cabeza, salían de mis labios tales pensamientos, de días de sol, paseando por cálidas playas de mi Sur querido, tardes de paseo con ganas de sonreír a la gente y sin conocerles decirles, buenas tardes, pensamientos siempre llenos de optimismo, vivir con tranquilidad sin horarios ni el pensar qué dirán de mí, noches llenas de estrellas con acompañamiento de la luna llena y redonda, sentada a la orilla de la mar, respirar tu brisa, relajarme, cómo me gustaría que ningún recuerdo me lo estropeara, cómo no recordar los primeros baños con mis hijos en esta misma arena, haciendo castillos con ellos para después bañarnos, haciéndonos aguadillas, la hora de recoger los bártulos para ir a comer a cualquier chiringuito pescadito frito y ensalada con su copa de helado de postre, tantos paseos nocturnos como acompañante mi soledad buscada, u ofrecida, pero sola, pensando que el día de mañana sería mejor que el hoy, pero cada día que pasaba era igual que el otro, dejar de lado los recuerdos tan bellos llenos de risas y cánticos de mis hijos, volver al hoy con mis pensamientos, me hizo hacerme una pregunta ¿Cómo sería unos días de relax?, ¿sería capaz de olvidarme de mis recuerdos e intentar vivir el presente sin mi pasado? Creo que es bello recordar los buenos momentos vividos, pero es duro recordar instantes que jamás volverán a repetirse, el tiempo pasa para todos y para todo, distancias que se me antojan inalcanzables, besos lanzados al mar que jamás recibí contestación pero que harían si les llegara una invitación sorpresa para volver a ese lugar, donde fueron felices, irían o tan sólo lo tirarían a sus recuerdos, pensamientos tales, hoy viví meciéndome con una taza de café entre mis manos, estoy totalmente decidida, volveré a mi Sur querido a volver a sonreír o quizás tan sólo recordar lo bello que fue reír con mis hijos cuando eran pequeños.

©Manoli Martin Ruiz