Cuando Mayo se va Sirviendo sus Días

 

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La segunda mitad hemos estrenado
y los días, se sirven solitos las horas
no sienten cómo se pasean sus rotondas,
que mayo, el mes de las flores
no se rinde, más bien sigue adelante,
solitario… para nada, más bien
muy bien acompañado…

Quince días siguientes,
con el decimosexto le empezamos
fijando su camino sin aletargarse,
correr no lo hará
quizás, más bien se progrese
sin prisas bajo su regazo
a dar los primeros pasos
y, así ir llegando el primero.

Cada vez que miro alrededor
tan sólo veo soledad,
imperan los sonidos despiadados
que no consiguen ser una realidad,
y al mirarse en el espejo de allá arriba
no ven verdades, si no… falsedad.

Ya hemos caído a más de la mitad
la semana se acaba de empezar,
unos días irán danzando su caminar
mientras que los siguientes,
romperán los esquemas del alma.

Soleada y fresca ha entrado la mañana
cuando el día, se subió a su pedestal
aún estaba abriendo los ojos,
y no sabía ni tan siquiera
cómo iría a ser el perfil de su estampa.

Cuando Mayo se va Sirviendo sus Días,
no lleva encima su bandeja de servir
galopa entre los contornos,
mirando de ser diferente
sin apenas saber dar un cambio,
solo se entera a medias
y va diciéndose…
¿será verdad, que me pierdo
o simplemente, ando despistado?

Al empezar su andadura con nosotros,
nos invita a seguirle
pero, si no lo haces
te quedas al camino, sin más nada.

Roza ese yo personal… de cada uno,
al notarle cerca
tanto y tanto, que se nos pega
como una lapa marina, en las rocas
qué para soltarnos de él
sólo la espera nos da
ese brusco tranco,
del cuando se vaya marchando.

Nos impregna el todo, con esos aromas
gráciles y sencillos,
qué a su alrededor hay a raudales
es como estar viviendo una nueva época,
sin salir de tú mismo mundo
tan sólo vuelves a saborear,
los almizcles más naturales.

Puzles troquelados se sirven día a día
y los intereses son empecinamientos,
salidos desde el interior trasquilado.

Remotos senderos se construyen
entre las vías de caminos estrechos,
tienen las laderas oblicuas
y los senderos resbaladizos.

Peldaños cada dos alturas
uno más alto y otro más bajo,
si no conoces la fechoría simpática
algún que otro trancazo de arrearás,
fácilmente algunos se callaran
así probarás la suerte que corre
quien poco avispado se muestra.

Uno de tus huesos se da de lado
contra el duro suelo,
requiebros desmesurados se presentan
jugando al escondite,
ni se estrellan ni se apelmazan.

Ramos de flores de todos los colores
surgen a diario, bellezas y hermosuras
sin saber a dónde irán
ni tan siquiera si un día volverán,
solo saben mirar tras de sí
con el empeño de quererse algo más,
mientras que sus días
se visten de esa viveza coloquial
renaciendo, sin ser vistos
vuélvense bellos en su caminar,
cuando los instantes más presentes
en un momento dado, se ruborizarán
¡están en su mes singular
el más intrépido del lugar,
le pusieron de nombre Mayo!

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Quinto es el mes, de treinta y un días
una piedra tiene, la más cristalina
Esmeralda, dícese
por su verdor original,
cuatro hay en su rica historia
Gachalá, Fura, Teodora y Tena,
y para realzar más su lugar
añadiremos la flor que le viste,
el Lirio o Lilium
también llamadas “Azucenas”.

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Mayo, es el mes por excelencia
tiene muchas celebraciones mundiales,
a cada cuál más importante
dónde no cabe la indiferencia,
por su indiscutible diversidad
es un mes lleno de color y fragancias
que los va expandiendo por todo su contorno.

Palencia, lunes16mayo16
Poema n24/2016
©Mía Pemán

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