Se me cansa, el entender siempre... y qué sólo se vea lo inservible más que una cierta realidad.
Cuando se habla mucho más de lo que puedes llegar a escuchar, el sentir práctico deja de prestar la atención necesaria.
Pero, si es al revés, nada se presta a saber entender, que toda persona, sin querer hacerlo, habla dos veces de lo mismo. ¡Es bien fácil estar atento. Porque, en la siguiente ocasión, quien comete ese pecado, es quien no supo escuchar un día, y después... pretenden, que se les oiga con una atención que en su día, no dieron. Castigaron una repetición, sin pensar.. Que más tarde, cayeron en la misma falta!
Aún sin saber VER las cosas más normales, NO quieren ser comprensivos, más bien CASTIGADORES... siempre y en todo momento.
Entonces... Por qué, no mirar un poco para atrás, y Poder Comprender a Los Demás...
Palencia, domingo 26 junio 2M16.
Prosa Poética
@Mía Pemán
Reflexión certera, Mía. Un abrazo.
ResponderEliminarLo alcancé a ver, por aquí, quizás antes, no me llegó, pero, al final, he sabido aprender de las gentes, su lugar en el mundo, y de los qué nos acercamos, no significamos nada, salvo, qué ya tengan pensado tú puesto en algún lugar estratégico.
ResponderEliminarLas variaciones no son exactas, pero, siempre hay un por qué, y no saben, lo fácil que es, ver las realidades a su manera.
Algo de lo más inaccesible, es su forma de opinar y darte un capirotazo, cuando menos te lo esperas... y, todo esto pasa, por puro orgullo envidioso.
Ellos podrán siempre repetir hasta la saciedad, todo lo que se les antoje, pero... ni se te ocurra hablar dos veces del mismo tema.
Ya te han catalogado de por vida.
Más a ellos, les escucharás, tantas veces se les antoje, y ni se te ocurra decir, ¡ya te has referido a ello en otras ocasiones! O te asestarán un tortazo en pleno rostro, y todo el mundo se enterará de ello. Unos pondrán caras raras y otros sin embargo, las risotadas las harán pasto de alardes graciosos.
¡Así funcionan las voces conocidas, porqué, nunca existió la amistad, solo fue una burla callejera, más qué otra cosa!
En todos los lugares, habas cuecen, y si no les agrada, las rehogan entre pastizales de frituras acorde a sus intereses particulares...
Un beso enorme, Yolanda...