Contigo, cada... día



Hoy no voy a dormir. Voy a pensar.
En desvelo febril, te besaré
Hasta que la alborada pinte
De rosa el universo y el sueño pío
Desdibuje tu imagen de mis ojos,
Y a párpados cerrados, arrope tu figura
en la retina. En un canto de lira isabelina
Versaré la emoción que aún me inspiras
Que te hará sonreír, como solías,
Al valorar mis versos incipientes.
¡Qué grata sensación, saber entonces
Que tu clara opinión me la darías!
Y pensaba, tal vez te asombraría
el delicado acento que imprimía
intentando halagarte, de algún modo.
Truncada está la línea de contacto,
el teclado marchito ya no versa
ni dice “te amo”, a mediodía,
o el anhelo, humedece mi pupila.
Hoy he de reiterar en estos versos
Todo cuánto te amé. ¡Tanto, cuánto
Esperé ser tu alegría! Un rayo ser de luz
Para tu día, la forma,  el modo,
El ansía, como yo te quería.
No alienta más tu faz sobre la tierra;
Mas, perenne aún estás, en mi manía,
pendes del verso que me regalaste
y enlazó nuestras vidas, en sendero
de letras, aquel día. Bulle tu voz.
Estás en la consigna de nombrarte
en cada movimiento de mi vida
refrendo de la tuya por la noche
soñado y en vigilia, cada… día.

Yolanda Arias Forteza

Junio 23, 2016, 17:08 hrs.

 

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