Cada día salgo a pasear, siempre la misma senda con sus curvas y claros, donde respiro profundamente. A esta hora se hace el camino muy agradable hace fresco, corre una suave brisa con aromas del ayer, cuantas veces habremos recorrido los dos de la mano estos parajes. A cada paso voy adentrándome en el pasado, cuanto daría por tenerte ahora conmigo mi compañero de viaje, porque hace tiempo que paseo sola tan solo mis recuerdos van conmigo, cuando una palabra dicha sin son te hacia reír, cuando caías y yo te levantaba cantándote sana, sana culito de rana, me mirabas y me decías ya estoy bien, correré mas, te miraba con ternura y tú me besabas. Paso a paso mi caminar se hace más lento, noto en mi interior el paso de los años, hoy conseguí llegar hasta la orilla del riachuelo donde remojábamos los pies para después volver a nuestro camino de regreso, todo sigue igual los únicos que hemos cambiado somos nosotros, tú te alejaste de mi en un atardecer que jamás olvidare, yo cada día saldría a buscarte en por el camino, ese que dije que sería el reencuentro, hasta hoy no te encontré, algún día se que seré capaz de llegar hasta ti, volverte abrazar, besarte mi compañero sin contrato, el amor nuestro no tiene contrato es hasta el final de nuestros días. Llegar hasta ti desde aquella tarde, me ha costado muchos traspiés, caídas y levantarme otras tantas veces para seguir intentando llegar hasta ti, amor de mi vida. Poco a poco vuelvo con mis pasos a recorrer nuestra senda hasta llegar al punto de partida, que pena me da, otro día sin llegar hasta ti, otra noche de lagrimas me espera, me dormiré con la ilusión y la meta, que mañana volveré a pasear y quizás llegue hasta ti, te de un beso para despedirme de ti para después irme con la paz que nunca tuve desde aquella tarde que te fuiste.
© Manoli Martin Ruiz
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