Nunca Más

Juego imagen 05  julio  2016




Me impresionó la primera vez que lo leí ahora veo ese ser poeta escritor incomprendido.


Una vez, en una taciturna media noche,
mientras meditaba débil y fatigado,
sobre un curioso y extraño volumen
de sabiduría antigua,
mientras cabeceaba, soñoliento,
de repente algo sonó,
como el rumor de alguien llamando
suavemente a la puerta de mi habitación.
>> Es alguien que viene a visitarme - murmuré
y llama a la puerta de mi habitación.
Sólo eso, nada más. << Ah, recuerdo claramente que era en el negro Diciembre. Y que cada chispazo de los truenos hacía danzar en el suelo su espectro. Ardientemente deseaba la aurora; vagamente me proponía extraer de mis libros una distracción para mi tristeza, para mi tristeza para mi Leonor perdida, la rara y radiante joven a quien los ángeles llamaban Leonor, para quien, aquí, nunca más habrá nombre. Y el incierto y triste crujir de la seda de cada cortinaje de púrpura me estremecía, me llenaba de fantásticos temores nunca sentidos, por lo que, a fin de calmar los latidos de mi corazón, me embelesaba repitiendo: >> Será un visitante que quiere entrar
y llama a la puerta de mi habitación.
Algún visitante retrasado que quiere entrar
y llama a la puerta de mi habitación.
Eso debe ser, y nada más <> Señor, o señora,
les pido en verdad perdón;
pero lo cierto es que me adormecí y
habéis llamado tan suavemente
y tan débilmente habéis llamado
a la puerta de mi habitación
que no estaba seguro de haberos oído <>¡Leonor!<>¡Leonor!<> Seguramente -dije-, seguramente es
alguien en la persiana de mi ventana.
Déjame ver, entonces, lo que es,
y resolver este misterio;
que mi corazón se calme un momento
y averigüe este misterio.
¡ Es el viento y nada más.<< Empujé la ventana hacia afuera, cuando, con una gran agitación y movimientos de alas irrumpió un majestuoso cuervo de los santos días de antaño. No hizo ninguna reverencia; no se paró ni dudó un momento; pero, con una actitud de Lord o de Lady, trepó sobre la puerta de mi habitación, encima de un busto de Blas, encima de la puerta de mi habitación. Se posó y nada más. Entonces aquel pájaro de ébano, induciendo a sonreír mi triste ilusión a causa de la grave y severa solemnidad de su aspecto. >> Aunque tu cresta sea lisa y rasa
-le dije-, tú no eres un cobarde <> ¿Cual es tu nombre señorial
en las orillas plutónicas de la noche?
El cuervo dijo: >> Nunca más <> Nunca más <> Otros amigos
han volado ya antes <> Nunca más <> Sin duda <> Nunca - nunca más <> Nunca más <> Miserable -grité-. Tu dios te ha permitido,
a través de estos ángeles te ha dado un descanso.
Descanso y olvido de las memorias de Leonor.
Bebe, oh bebe este buen filtro,
y olvida esa Leonor perdida.
El cuervo dijo: >> Nunca más <> Profeta -dije- ser maligno,
pájaro o demonio, siempre profeta,
si el tentador te ha enviado,
o la tempestad te ha empujado hacia estas costas,
desolado, aunque intrépido,
hacia esta desierta tierra encantada,
hacia esta casa tan frecuentada
por el honor. Dime la verdad, te lo imploro.

¿ Hay, hay bálsamo en Galad? ¡Dime,
dime, te lo ruego ! <> Nunca más <> Profeta -dije-, ser maligno,
pájaro o demonio, siempre profeta,
por ese cielo que se cierne sobre nosotros,
por ese dios que ambos adoramos,
dile a esta pobre alma cargada
de angustia, si en el lejano Edén
podré abrazar a una joven santificada
a quien los ángeles llaman Leonor,
abrazar a una preciosa y radiante
doncella a quien los ángeles llaman Leonor <> Nunca más <> Que esta palabra sea la señal de nuestra separación,
pájaro o demonio - grité
incorporándome.
¡ Vuelve a la tempestad
y la ribera plutoniana de la noche!
No dejes ni una pluma negra como prenda
de la mentira que ha dicho tu alma.
¡ Deja intacta mi soledad!
¡ Aparta tu busto de mi puerta!
¡ Aparta tu pico de mi corazón,
aleja tu forma de mi puerta! <> Nunca más <<.

Y el cuervo sin revolotear, todavía posado,
todavía posado,
en el pálido busto de Palas
encima de la puerta de mi habitación,
sus ojos teniendo todo el parecido
del demonio en que está soñando,
y la luz de la lámpara que le cae encima,
proyecta en el suelo su sombra.
Y mi alma, de la sombra que yace flotando
en el suelo no se levantará...
¡ Nunca más !

Edgard Alan Poe.

Aun no había cumplido los once años ese mes de julio en casa de los abuelos, cuando tuve el encuentro con este libro, ... EL CUERVO ...

Los libros estaban allí, en la bohardilla siempre que subía era con permiso de la tía. con la condición de dejarlo todo en el mismo orden desordenado de aquél lugar. viejo y empolvado . Allí encontré un libro de pastas duras , de color negro con letras incrustadas en dorados Subía para seguir leyendo me daba miedo aquél lugar pero ese libro me eligió a mí. . Era esa atmósfera sobrenatural que me hablaba de un cuervo parlante, y la casa de un amante afligido,. el lento descenso hacía la locura. Cuando empecé a leer tuve un escalofrío, sin poderlo leer hasta el final levanté la cabeza y me vi reflejada en ese espejo con un cuervo encima. salí corriendo bajé las escaleras de tres en tres, y cuando llegué abajo noté en ese momento había empezado mi primera regla. --- Luego un tiempo después pude comprobar siempre que miraba ese espejo me veía reflejada igual era mi recuerdo y el encuentro con este libro a mis diez años.

©Araceli García Martín.

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