Sabor a Prohibido

Bendito placer prestado
que muerdo con ganas
con miedo de que se acabe
que es una delicia maldita
que me encanta
por momentos,
otros se hacen pedazos de dolor
un mal que no se le desea a nadie
precisamente por el bien que se recibe,
en estas cuestiones predomina el silencio egoísta
la fragancia clandestina
que huele a suavidad tormentosa
a remordimiento angelical
con dejos infernales
pues el hechizo se rompe
cuando los labios de tu amado
buscan donde posarse
todos somos egoístas
nos gusta ver para otros jardines
pero que no miren a los nuestros
naturaleza humana?
doble moral? liviandad?
!sabe igual! al final será
la misma gloria perdida
con el agridulce sabor en la conciencia
y en los labios que succionan mares en pequeños sorbos cautelosos…

© Silvia García Sandoval