Azul



Una noche de verano que apenas se adivinaba
eran sus gafas azules que a su cabello adornaban
un moño bien recogido y que más azul mostraba
su mirada alzaba limpia, sus ojos adivinaban.
Ojos de un azul intenso que al cielo algo contaban
y una nube curiosa, bajo deprisa a mirarla
traspasó su azul paraguas para poder dibujarla
mientras unas azules luces ya casi las alcanzaban.
La nube y la hermosa niña conversación entablaron
conociéndose despacio, sus colores reflejaron.
La niña le dijo amable, nube blanca de pureza
la nube muy pizpireta alegre le respondió,
quisiera cantar contigo, al abrigo de un color
ese azul que te acompaña y en el que me acuno yo
Es el color donde siempre he sabido cobijarme
porque me regala paz y también tranquilidad
es limpieza y es pureza por eso quiero quedarme.
La niña le confesó, es mi color preferido
así que cuanto te marches, de mí algo irá contigo
tú a cobijarte en tu cielo, como algodón bien mullido
yo seguiré reclamando a un sol que indique el camino
de vez en cuando charlamos, te diré como me ha ido
y te prometo vestirme del azul de mi destino.

© María Olga P. López

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