Quema insano el deseo.
Insano, digo bien, porque no es de recibo
esto de andar queriendo aprisionar su boca
y estamparle la mía y robarle, por orden,
la humedad y el aire y las palabras,
y regresarle la lengua y el delirio,
como si desde siempre hubiese sido.
Como si tal cosa.
I.S.M. 23 septiembre de 2016
© Isabel Suárez Mtnez- Cruz
Hilvanado... estupendo!
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