Somos asteroides en una infinidad de mundos, los cuales no distinguimos ni sabemos su nombre real. Y, no los vemos y no los conoceremos jamás, por estar tan distantes como cercanos, en un mundo de plagado de insensibilidades.
Izamos la vista hacia un nuevo amanecer y podemos admirar lo bello que es vivir ese resplandor que nos regala la Eternidad.
Los ojos al vivir, cerrándolos
es cómo dar un puntapié al soñar.
Notando los sentidos
bajando al precipicio incondicional,
pierden las gentes el sentido práctico
virando hacía el cataclismo,
sin amortiguar la caída
vamos llegando a la profundidad
sin darnos cuenta, qué perdemos el norte.
Rozan las bases que no las fauces,
miramos de reojo y no sentimos nada
renegamos de nuestro entorno,
y nos vencemos al incondicional abismo.
Una sombrilla para protegernos, que nos llene de sentires nuevos y su apoyo nos dé el empeño necesario para seguir caminando por la vida.
Un cielo claro que nos traiga el bienestar y aleje la maldad.
El nuevo día viene a darnos los buenos días, con el ánimo a flor de piel.
Palencia, jueves 22 septiembre 2016.
Prosa-Poe n34/2M16
©Mía Pemán
Pues venga esa sombrilla, que nos proteja trae aquí
ResponderEliminarMe ha encantado tú post Mia está lleno de verdades
Feliz viernes
http://img21.dreamies.de/img/992/b/hotkfcga40k.jpg
ResponderEliminarPues trae pa ca' esa sombrilla que me resbale to', ja'mia!
Buenos dias y disfruta del fin de semana
Besicos, Mia
Muchas gracias, Carmiña... un placer.
ResponderEliminarFeliz viernes y finde...
Jajajajajajaja... muy buena, Aslaram...
ResponderEliminarBuenas tardes de viernes y feliz finde...
Un beso,
Muy bonito, pleno de metáforas que nos conducen de lo real a lo ideal. Felicitaciones, Mía
ResponderEliminarMuchas gracias, Yolanda... Me alegro mucho te haya gustado. ¡Un verdadero placer! Y, un beso enorme,
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