La Noche De Samhain



La noche de Samhain había música por las calles y una vaga atmosfera de film de horror, algunos se escondían detrás de una máscara, otros en un auto a hacer el amor. Los niños por las calles se circundaban felices entonando su estribillo, los mayores en las casas se circundaban infelices confiando en un mundo un poco mejor.

La noche de Samhain estaba Gregorio por la calle que vagaba con tristeza por cualquier lugar sin meta en cual vagar, ni una puerta a cual llamar, sin máscara, para los otros, él era el monstruo. La calabaza iluminada lo irradiaba con su mirada, con sus ojos enrojecidos como el fuego, pero una joven piadosa se le acerca con la intención de charlar un poco.

.-¡Pobre hombre, dónde escapas, quién anda solo a esta hora, no es bueno estar solos esta noche, no es bueno no tener ni tampoco un lugar donde ir ni un amor, ni un amigo, le decía! ¿Tú quién eres? Grita él ¡Déjame estar, yo no soy un hombre al cuál decir una palabra yo no soy de ninguno, yo no estoy con alguno y ninguno en ésta vida me consuela!

.- ¡Pero esta noche no es una de tantas, también los hombres más solos están juntos, también yo no tengo ninguno y sola no sé estar, no tengo ninguno que me quiera.
Yo te ruego, al menos tú, no me dejes esta noche, ven a cenar a mi casa. Te ruego querido amigo, no me dejes esta noche y mañana luego te dejo ir!.

Las palabras de la joven son claras, el buen Gregorio creía de ser el solo a no tener con quien estar, ni un lugar donde ir, así que Gregorio la sigue a su lugar. La mesa estaba ya servida, era todo ya pronto para la cena, estaba todo preparado, comida pronta exquisita, a él un escalofrío le corre largo la espalda.

Esta noche a festejar, como a reír a bromear, él está seguro que todo sea solo un sueño, solo un sueño de soñar pero, en espera del despertar, él decide de soñarlo hasta el fondo. Así que mira a la joven en los ojos y se pierde en el encanto de su mirada, luego la besa finalmente, y a aquel beso sigue al fin aquel lindo amor, como un lindo romance.

Al amor sigue el sueño más profundo consumado entre las colchas de aquel lecho, pero la risa lo despierta, la risa de las brujas que le gritan: “¿Sueño o realidad?” Gregorio tienta la fuga, pero está encadenado y la joven es una de ellas, ella lo escruta y le susurra al fin: “¡Ves lo que le sucede a quién está solo!”

La noche de Samhain se ha ido finalmente trajinando consigo el ansia y la alegría
y todo aquello que queda de aquella inmensa fiesta solo una pizca de aburrimiento y nostalgia. ¡Dicen que un cierto Gregorio está desaparecido pero ninguno lo echa de menos o a nadie le importa, solo algún perturbador va diciendo, para bromear que se lo ha llevado lejos una bruja!

© Greg D.

Comentarios

  1. No te mediste, está genial!!! Mi más sincera felicitación, Greg.

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  2. Un relato muy acorde, para una noche tan singular... ¡Te quedó, de lo más... Increíble, Greg! Petonets.

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  3. Gracias Carmiña... feliz día a ti también... besiños..

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  4. http://img9.dreamies.de/img/289/b/9594jqr2n3q.gif

    ¡¡¡...Me gusta…!!!

    Besiños Mannoli... gracias

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  5. Yo le pongo sal vosotras la pimienta jejeje..
    gracias siempre muy amable... ¡La rosa no es mi color preferido pero si que me encanta!

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  6. Mi reina, solo trato de estar a vuestra altura, que no es nada fácil,
    Mil besos gracias....

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  7. Gracias Javier me reafirmo en lo dicho a Yolanda

    Un abrazo....

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  8. Re Cáspita... Lo de la pimienta... muy bueno.
    Ya lo sabía, pero, no veía una chula en azul, así qué opté por ella... ¡Me alegro te haya gustado, a pesar de no ser tú colorcillo! Petonets

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  9. No digas eso, Greg, la altura está en quien encuentra belleza en lo pequeño y brinda palabras de aliento a sus amigos.
    Alto tú, querido amigo.

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