Marionetas

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Dos palos unidos con cuerdas, unos trapos viejos descoloridos por el paso del tiempo, arrinconados en el desván, hacía mucho tiempo que no veían sonreír a esos niños del retiro, donde cada domingo los llevaban para con sus movimientos y la voz de Jesús bailaban a su son.
Marionetas, cuantos recuerdos tenían entre bastidores, quizás tantos que sus articulaciones quedaron rotas de tantas penas. Días de sol cantaban su vida entre bajones sucios y gente pobre donde Jesús que era muy jovial los sacaba y los decía: venga chicos os toca ganaros un vestido nuevo, ellas movían sus brazos y piernas al son del cantar, la gente se reía. Bien, se decían en silencio, los hicimos olvidar sus pesares por unos instantes. Días de frío en el café de Levante donde tantos poetas, también nuevos artistas que por un caldo caliente o simplemente por estar resguardados, dedicaban a los allí presentes su actuación así las horas de soledad pasaban antes.
Marionetas que vivían alegres y en libertad al igual que su gran amigo Jesús, eran tal para cual, almas que soñaban con un mundo de ensueño, vivir y dejar vivir, mientras tanto, acompañaban a su amigo en días de lágrimas amargas que les mojaban sus trajes donde siempre les quedaba un reguero como si fuera una herida más de la batalla el vivir cada día. Cuando se quedaban solas, metidas en su maleta de cuadros con hebillas de un dorado viejo, hablaban entre ellas, susurrando de las desdichas de padecía su amigo, la vida bohemia estaba bien, porque era vivir en libertad, sin ataduras pero no era forma de vivir cuando apenas ganaba unas monedas echadas a su maleta después de su actuación, noches frías de dormir en portales sin cenar ni una manta para refugiarse de la humedad que le calaba hasta los huesos.
Fieles marionetas que un día oísteis lloros y susurros que venían desde el exterior, os preguntabais que pasara, después de un tiempo, echabais de menos a vuestro amigo, de no ir al retiro para hacer sonreír a los peques ni ir al café de Levante a saludar a los poetas. Un día se puso la maleta en movimiento y os dijisteis: bien volvió Jesús ahora empezaremos la actuación, pero, tan sólo os llevaron al desván y os sacaron de la maleta porque ella sería la casa para otro, ya no tendríais casa ni amigo al que decirle: paciencia amigo ya vendrán tiempos mejores, tan sólo os quedaban vuestros recuerdos aunque malos era vuestra vida con los trayectos dictados por Jesús, les parecía ir desde lo alto, os deje solos sin despedirme, no me dejaron, os deseo que alguno os vea y os saque a vivir la vida, una mejor que la que os di yo.
Marionetas que vuestros movimientos eran dirigidos por el amor de Jesús os queda el reconocimiento que muchas personas son marionetas pero no son libres se deben a un manipulador que es la envidia o el egoísmo de hacer daño a los demás.

©Manoli Martin Ruiz

Comentarios

  1. Hermoso post aunque triste por ser tan real. Me ha encantado porqué he visto a ese bello Madrid, el retiro ese café de los poetas.
    Muy bello Manoli.
    Feliz lunes guapa

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  2. Gracias niña, hablar de Madrid es poco , siempre hay ciudades con estos personajes, besotes Carmiña

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