Preparando mi Desayuno de hoy Jueves

Mientras la música va sonando
en la tercera hora de la mañana,
cuando las velas del día se encienden
ya se avistan algunas luces nuevas,
las qué nos llevan a abrir las pestañas
y saber ver, lo que nos ha traído
mucho frío, nos regala sin decir nada
no sea que le arreemos un capirotazo,
sin avisarle ni nada
por lo cual, le pueda doler la cabeza
dejándonos sin sol y a media asta…

Abiertas las persianas, se va divisando
la nueva porción del día nuevo.

El hambre entra de lleno, y al estómago se asoma
cuando a la cocina te llegas,
aún no sabes qué hacerte para el desayuno
pues, las horas han ido pasando
y la gana, se hace un hueco a nuestro lado.

Cojo cuatro rebanadas de bimbo blanco
las dejo desoladas, al separarlas
y mientras, voy mirando qué hay por ahí…

Quizás, una tisana con dos magdalenas o simplemente, un cafecito bien calentito con algo de leche, para motearlo con miel o azúcar, aún no sé qué escoger, pues, a pesar de que la gana, atosiga… ya sé que voy a tomarme del rústico que se llegue a apagar mi ansía de hambre mañanera… con la tostadora a punto de caramelo.

Abro la nevera, y veo un tarrito con sombrero grisáceo
lo cojo, le abro y veo el buen color y olor que tiene
luego, entre mis manos añado un esparcidor acero inox
qué punta redondeada tiene y dejase moldear,
con él… voy matizando cada rebanada del primer sándwich
por los dos lados, para qué no se pierdan
al terminarlo, le dejo reposar, tranquilo…
y en nada pongo de nuevo en la madera,
las otras dos rebanadas… y la tostadora enciendo.

Cuando previamente he sacado un queso blau marino,
lo pongo en un platillo de postre
y con una sierra más grande, le separo
dos cortes por su lado a pico, con cariño
las cojo y pongo, suavemente
en una de las dos rebanadas, sutilmente
al poco, ya tengo en mi mano izquierda
un botecillo de miel y en la derecha, la cucharilla
quien va a tomar una pequeña porción, y añadirla
con riguroso zigzeo voy dándole pasadillas,
de un lado para el otro y entremedias
así, se va amielando todo su contenido,
y lo último que queda, es cerrarles a los dos.

Ya zampados, los dos… despacito y sin prisas…
tan solo me queda,
tomar un vaso largo y anchito
para poner dentro, cucharita y media
de ese rubiales moreno, perlado y de sabor extra extremado
más otra y media, del diamantino azúcar
rico en demasía, los dos… ya, más queda…
añadir una buena porción de ese líquido inconsciente,
que se deja mimar, y es blanquito… qué
viene de la vaca… directo,
llegándose al paladar con su exquisitez magna
le llevaré a que rubores cojan al completo, todos
en el microondas, ese qué les marea un pelín…
y, en cuanto suene la campanilla del tiempo
listo estará, para poderse tomar
mi Desayuno de hoy Jueves, listo y preparado.

Al cuál, os quiero invitar si os pueda apetecer
compartirlo conmigo,
en un día cómo el de hoy, Júpiter es su nombre
el más saleroso de la semana, el qué nos lleva
a la orilla del fin de semana, sin pedirle nada a cambio
¿Qué os parece, os agradaría probar ésta peculiar rebanada?

Lo podéis hacer en casa, sin ningún problema, seguro
os ha de gustar, y repetiréis, sin más nada…
no está nada mal, es agradable al tacto
se llega rebien, al contacto con tú estomaguillo
y, pegas no le va a poner, si lo sabes disfrutar al máximo…

¡¡Buen provecho tengas, y disfrutes en éste día de hoy, Júpiter!!

No se me olvidó, la sandwichera calentando
estaba esperando sus dos sándwiches,
y al máximo se llegó
tostando y dorando, su riquísimo contenido,
el más deseado de hoy en día…
así quedó justamente, sin perder
ni un ápice de su soltura,
algo se le escapa por los lados
fueron pizcas de ese blau marino, queso azul
exquisitez extra máxima, le sobresalía
y su aroma, decía… ¡¡cómeme, cómeme… que tengo prisas de llegarme a tú estomaguillo, y dejarle, atontolinado del todo, anda corre, que vuelo y no me detengo!!

Palencia, jueves 24 noviembre 2016.
Poema n46 /2M16
©Mía Pemán