Querubín

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Querubín


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Era una noche fría en Belén. estaba derrotado, sin fuerzas, sin a penas poder mover mis alas, las arrastraba por la arena de aquél camino e iba cayendo como las hojas de los árboles en otoño quedando reducidas a un tercio de la medida que los querubines tienen para ser hábiles en este trabajo, deben ser tan largas que cruzadas por delante nos cubran por completo.
Como ya he contado ha sido complicado llegar hasta aquí. El carruaje celestial se rompió apenas salir tenía que buscar como seguir y claro ¿Para qué tenemos las alas sino para desplazarnos?. Pero era un largo viaje y estaba extasiado y como ángel caído tuve la suerte de quedar enganchado en la cola de un cometa. Me contó que iba hacia Belén y yo pensé : " Pues mira tú que bien "... Es así que llegué a tiempo a la misión que se me había encomendado, ser guardián y protector de un niño. Pero no un niño cualquiera se trataba del niño Manuel, el Rey de los Cielos, tenía una linda misión sobre mis alas, bueno ahora era en mis pies. pues me encontraba tan pesado que hasta entonces no supe cómo era esto de andar por la tierra, Creo que el perder las puntas de mis alas era para no pisarlas mientras andaba. Si, hasta entonces no lo comprendí.
Ya recién comenzado el veinticinco de diciembre bajaba hasta el valle lo vi en un pesebre allí salía un rayo de luz como el humo de una chimenea alumbraba todo el lugar.. Era él sin duda, me apresuré los pocos metros que me quedaban. El Divino Redentor. estaba recién nacido aún con el cordón umbilical, mi principal trabajo darle el aliento y el cuidado durante los años que en este cruel mundo le habían encomendado... Yo, sólo sería su acompañante. Mientras le miraba sentí la gran responsabilidad al verle tan débil y sensible. La virgen María empezó una linda melodía :...
Noche de paz, noche de amor, mucho cariño. para mi niño Sol... Ya todos les cantaban los pajaritos con su trinar, el pastor con su tambor. Yo .. no les pude acompañar con mi trompeta, pues se me olvidó en el carro de la Osa Mayor.
Mereció la pena llegar hasta aquí...¡ Rayito de Sol a medía noche!. Desde entonces todos quieren verle y conocerle... ¡Paz y amor en la tierra!

© Araceli García Martin

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