¡Bien llegada mi princesa!
Del lugar donde te fuiste.
Tu regreso es mi alegría,
mi más sincera armonía.
Mil ilusiones tenías,
cuando entendiste el vuelo.
Los ojos de amor te brillaban,
como dos estrellas en el cielo.
Hoy son lágrimas amargas,
que condenan tu mirada.
Las que tus ojos humedecen,
con esa triste mirada.
La vida a veces es dura,
y hay que saber aceptar.
Que todo lo que te suceda,
es lo que te hace madurar.
Mucho camino te queda,
todavía por andar.
Anda con paso firme.
¡No vuelvas a tropezar!
¡Hoy tienes la oportunidad,
de volver a comenzar!
© Cati Mercadal Sans
Nada como el amor y la comprensión de mamá para volver a recomenzar. Para volver a desplegar las alas de la libertad.
ResponderEliminarPrecioso mi niña.
Felicidades y un abrazo a las dos.
Lindo sentir Cati.
ResponderEliminargracias por compartir...
Abrazos
De los fracasos también se aprende. Y si luego alguien acoge entre sus brazos a la persona herida, reconfortándola, amándola y ayudándola, tanto mejor...La lección de la vida seguro no caerá en saco roto. Abrazos.
ResponderEliminarGracias Javier por pasar por mis humildes letras, un abrazo
ResponderEliminarGracias a ti por estar entre mis letras. Un besito
ResponderEliminarGracias mi muy querida Esperanza . Un beso enorme
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