La belleza
se esfumaba de mis ojos,
ante la burda mala noticia.
Se oscurecían los cristales,
que empañados cegaban mis días.
Y a la esquina de mi cama
querías quedarte tú.
Mirándome en mi cama
En silencio y pretenciosa.
El monstruo desafiante,
con olor a muerte.
Debilitaba mis sentidos,
debilitaba la fuerza de vida...
Mi vida.
Y te dije… ¡Márchate!
¡No me iré todavía!
Vete por la ventana,
entre la lluvia y la noche fría.
¡No! ¡No me rendiré!
Aún no concluyen mis sueños.
Aún la esperanza sigue latiendo,
sigue clamando que viva...
¡Y viviré!
Te marcharse en silencio,
y a veces pienso en ti.
Lo que tanto miedo me daba,
Muy de cerca lo viví.
Vuelven las rosas a florecer,
y en ondas sonoras,
se escuchan los versos.
Canción del alma...
De mi alma,
que desafía el tiempo.
Y ahora ya no te temo,
no me haces sentir miedo.
Te ví y desde aquel día
comprendí,
que formas parte
de la vida.
Pero aún no de la mía.
Y el sol ha vuelto a brillar,
después de un clima tan drástico.
Que movió mis rodillas,
que a dejarse vencer se resistían.
Ahora vivo distinto,
después de mirarte de frente.
Solo las cosas buenas,
son importantes en mi mente.
Y hoy vuelven las rosas a florecer,
las sonrisas emanan en libertad.
De frente al mar agradezco
la vida, que Dios me regala,
agradezco volver a empezar.
© Cati Mercadal Sans & Esperanza E. Vargas
Es un verdadero placer y un honor escribir contigo amiga mía besitos
ResponderEliminarEso es lo importante, amigas, que las rosas vuelvan a florecer, a pesar de los días negros del pasado, que contáis. Ahora ya todo aquello quedó en el olvido y la vida resurge con fuerza. Un dueto perfecto. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias j Javier un abrazo
ResponderEliminarSii mi Cati lo mismo digo. Un honor y un gusto trabajar juntas.
ResponderEliminarTe Quiero.
Yo mess.
Gracias amigo Javier. Ser positivos, olvidar y recomenzar.
ResponderEliminarExcelente!
Un abrazo para ti.
Va por dos.
Besos