El Amor Perdido

 

Acostumbrado olor de sueño
resbala de la espalda
y al improviso se posa sobre los tobillos,
senos pequeños para desafiar prótesis
se ofrecen, libres de impalpable velo.


Dulces dunas,
desafían vientos calientes por el deseo,
allí contenido entre las manos, para el placer común,
destilando aceites que endulzan la piel
con manos inciertas, temblorosas
mientras el corazón martillea las sienes
y extingue el respiro…


Al arquear la espalda
acerco el rostro al vientre,
induciendo en el umbral de vida,
abriendo dulcemente, con pequeños repiques
cancilla carnosa de mundo en cual perderme.
Respiro tu esencia, que es mi vida
¡Y no lo sabía
que es locura, néctar de larga vida!


Será tu fértil terreno
al desobstruir de la agonía mía,
hasta al morir en ti,
hasta al volver en vida.


Quizás si…
soñaras de estar conmigo esta noche,
mientras fragancia de tu esencia
yo buscaré,
¡Aunque tus labios, ahora, visitaré solo en mis sueños!


©Arturo B.


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