La Vida, ese Cachito de Cielo que Vive tan Poco…





La vida se me escapa y no tiene sentido.

La vida se debería mirar más despacio, con un poco más de detenimiento, con ese sigilo que lleva la cordura.

La vida, ese cachito de cielo que vive tan poquito…

La vida lleva grandes ríos de ilusiones y no desemboca en el gran río, si no, en un pozo enorme de contrariedades.

La vida es la inversión más inverosímil que podamos tener en nuestra corta o larga existencia.

La vida es ese presente que a veces pertenece al pasado, pero nunca al futuro, porque todavía no ha podido llegar.

La vida se habla mucho de ella y no sabemos darle un respiro.

La vida se corona de espinas y tiene halo de cadenas.

La vida se juega su existencia y no tiene un seguro adecuado.

La vida se mira desde la esquina sin saber ver su interior más cercano.

La vida se involucra medio despistada entre las lorzas de las ramas que los árboles enseñan su medio cobijo.

La vida, suele llevar ríos de lágrimas cristalinos en su haber constante.

La vida se derrocha a brazos llenos.

La vida se prolonga sin remisión.

La vida se desvía mientras la tenemos al lado y pocas veces logramos devolverla a su camino correcto.

La vida, es el resultado de muchas existencias juntas y para poderla vivir realmente hay que no ser tan exigente y saber comprenderla mucho mejor cada día que la tienes a tú lado.

La vida se va marchitando y no sabemos alcanzar su otro espacio.

La vida se lleva los remilgos por delante y nadie sabe sacarle el debido provecho.

La vida se llena de esperanzas con desencantos y ni siquiera puede incluir un poco de azúcar en su aderezo.

La vida se estropea en medio del camino y no tenemos la decencia de arreglarle los ojales.

La vida se mancha con salsa de membrillo y rebuscamos entre las cucharas para raspar su osadía.

La vida se acumula en interiores despistados mientras las desganas viajan gratis por los contornos de su delicado mensaje.

La vida se viste de gala en cuanto le llega la noticia de que le ponen décimas de segundos a su horario indiferente.

La vida se cansa a menudo y no se da cuenta que en su sendero, las aceras ya le quedan más cortas que anchas.

La vida se obstaculiza cuando las ganas le quedan flojas por caminar sin sentido práctico.

La vida se retuerce cada vez que la maltratan.

La vida se fija en las paredes del olvido para recordarnos que aún tiene un lugar entre nosotros.

La vida se contonea alrededor y a veces tiene ese descaro tan necesario para poder seguir latiendo cada instante y cada requiebro del mismísimo instinto perdido.

La vida se nos escapa justo al lado sin poderla retener… hueles su marcha y te hace sentir pequeño e insignificante al mismo tiempo.

La vida se nos molesta y luego nos deja tirados como si fuésemos hojarasca seca de invierno en cualquier época del año.

La vida se resbala y no hace falta que se caiga para ello, ya le dan vueltas innecesarias para marearla más de la cuenta.

La vida se nos estremece cuando sabe que está divisando la pereza y la desidia.

La vida nunca se cansaría de vivir, si supiésemos tratarla como se debiera merecer.

La vida, ese camino diario que a veces sabe llevarnos a un buen sentido y otras se tuerce por no saberla guiar como es debido.

La vida esa constancia vital que nos da empeño para seguir en este mundo que las incordias nos hacen ver las cosas con diferente desparpajo.

La vida es cómo la vivimos o cómo la morimos… tan solo lo sabemos cuándo ya estamos marchándonos de ella.

La vida, esa gran incógnita que quisiéramos destapar antes de que termine su ebullición y nos cuente lo que representa vivir en su compañía.

La vida, esa mentira a medias que sirve para unirnos o desunirnos y que nos hace a veces imposible de seguir un camino recto, por lo que en ocasiones se nos enrosca más de una vez.

La vida, esos trozos de pequeñas vivencias que en sí está para hacernos seguir su constancia y saber merecernos su amabilidad o su media cordura.

La vida y sus recovecos, no quisiera mirarse en muchos espejos para no ver lo que le puede acontecer su estancia entre almas despistadas y desalojadas en la espesura que la existencia tiene como fin darse cuenta de sus errores y sus defectos más imparciales.

La vida, esa porción de queso frágil y fácil de hacerse un hueco o una herida en su haber de constantes distorsiones indefinidas.

La vida es lo que no buscamos en la mayoría de las veces y si tenemos suerte podemos encontrar una estancia gratis en el eterno mundo escalofriante que existe en este angosto y resquebroso planeta redondo y lleno de lapsos irremachables.

La vida esa locura sin remedios que nos parece cuerda más de una vez.

Palencia, sábado 19 marzo 2011.
Reflexiones de la Vida 2M11.
©Mía Pemán

 

Comentarios

  1. Grandiosos breves de la vida, con esencia y sustancioso sentir.
    Sin desperdicio uno a uno se sienten .
    Mia, que grandioso texto para encuadrarlo.
    gracias por enseñarme.

    BESOS. PETONS.

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  2. Pues, no me costó mucho el día que lo escribí, tan solo, pensando un poco... lo fui hilando, y al final quedó bien compuesto...
    Muchas gracias por venir Ara...
    Un montoncín de Besos, de Petons y Besiños, todos a una... hace, un buen acopio... y un grato regalín...

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  3. La vida a veces cuanto cuesta vivirla. Sin embargo cada día es un logro. Y vale la pena. El no rendirnos nunca. Considerando que es un precioso regalo y hay que cuidarlo.
    Muy hermosos tus versos. Cada uno te lleva a reflexionar en algo y eso es muy bueno.
    Me ha encantado leerte. Mía.
    Un abrazote mi niña.

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  4. Me alegro te haya gustado Esperanza... es qué en realidad, son reflexiones, que van a parar a cada persona, para qué sepa vivir cada uno a su manera y entender...
    Abrazos amiga, querida

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