Soplos, Caricias y Murmullos

Con el pensamiento aturdido y...
los ojos, atisbados... sin saber
qué pensar realmente, no se llega
a ningún lado ni a situaciones difíciles
que se acerquen o mismamente,
terminen por ser algo inaudito...
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Son los días, son las fechas que se atoran
atragantan varios caminos indeterminados,
y no saben salir airosos
se descolocan sin remedio y no saben
que determinación tomar, porqué ya no
valía la pena, en aquéllos momentos extraños.

Ya los soplos ni las caricias ni los murmullos llegan,
se estancaron en un adiós, quizás...
más se echan a faltar, por si del otro lado aún están
pendientes de venir y dar esa sorpresa qué
siempre agradecía, y hacía sentir los días distintos
a todos los demás, es un sin vivir y no morir
porqué, muchas veces... el deseo de irse ha sido
esa constancia que nunca ha llegado a tiempo.

Cuándo las horas se vuelven insensibles y eternas
el silencio es inmaduro, no sabe entender
no tienen las intenciones de prestarte un mundo mejor
más amable y sembla qué las cosas no están
ni calibradas ni atentas, se vuelven invisibles
cómo el pensar intermitente, qué se dice no existe
no te ven nunca, es algo distante e infernal...
seres que ahí están presentes y siempre mirando
lo qué no les toca ni importa, pero... están visibles.

El mañana no llega y se atasca cómo los escondrijos
qué viven a costa de los sustos indiscriminados,
sedas qué son tisús de finos hilos y tactos sensibles
déjansen entretener entre las manos, que los miran
como si fuesen dispares sin llegar a ser una realidad
tan sutil, qué te llega a dar esa paz necesaria hoy en día.
https://www.youtube.com/watch?v=MZsRquGO1JI
Palencia, a martes 18 junio 2019.
Poema Reflexivo n.44 y Vuela Pluma n.12/2M19.
©Mía Pemán

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