La primera rosa de julio

Para ti la primera rosa de julio,
te dije con todo el cariño
del que era capaz aquella noche,
cuando la luna a nuestro lado
fue nuestro más adecuado fetiche.

Para ti que estás en mis sueños
cada noche de este tiempo tan mentecato,
que parece no querer vernos juntos;
porque no sacude ni un solo arcano
que nos haga a los dos estar cercanos.

Y nos tiene alejados en la distancia,
mortificándonos sin la ansiada presencia
del uno fiel para con el otro,
y del otro leal para con el uno;
y los dos anhelando ser uno en esencia.

Pero en ese inmenso mar que nos separa y aleja,
tejiendo en la distancia infinitas telas de araña,
he percibido hoy un primer rayo de guía,
que me hace alumbrar una cierta esperanza
de poder desentrañar pronto esas tramas de araña.

Porque hoy mismo, apenas amanezca
partiré con mi arma secreta
para, rompiendo todas las telas del camino
con brazo firme y decidido,
llegar hasta donde tu excelsa belleza me espera.

Recogiendo por el camino todas las rosas
que a mi encuentro salir quieran;
sabiendo que serán todas para ti,
para hacer más grande todavía
la belleza que de común atesoras.

Y cuando nos abracemos al fin,
rompiendo las telas de araña que nos distanciaron,
te entregaré toda esta colección de rosas
que para ti el camino me ofreció;
prometiéndonos amor y nunca más separarnos.

© J. Javier Terán.