Es la Medicina del Entender

https://youtu.be/_xezxKlPCa8

Viajando por los siete días qué
cada semana tiene su historial...

Damos comienzo al primero de ellos,
es un amanecer otoñal que llega
con sus rayos
jóvenes y recién estrenados,
aventurando un descanso esencial.

Más cerca de finalizar esa época
que agostera va siendo,
enseñando diversos apartes
cuándo ni al ayer salieron, desde
unos entonces arcaicos
quedáronse relegados al olvido,
para dejar verse tan aislados qué
ni supieron saldar los instantes,
dejando tras de sí, constantes.

Maletas de equipaje no hacen falta,
los días irán sabiendo el porqué
al diferenciar su osado proceso,
queriendo quizás arreglar lo inevitable.

Pasos vas dando a medias casi,
mientras las vueltas salen al paso
reconociendo latitudes qué saben ser,
tan reales que se desbordaran.

Es el encanto qué se embelesa,
es la medicina del entender
qué se supone es, más principal
es el embrujo de lo especial qué
va derrochando esencias,
es el enfoque de los extrarradios
qué llevan bodoques en el envés,
es el éxtasis indefinido, el qué
saber perdurar se define al completo,
es la magia de ese mañana nuevo
qué creerá perderse entre los
vaivenes de mundiales susurros,
qué alcanzarán ser destellos de...
ese mundo indómito qué es vida.

Capicúa con el final del año, ya es
una rara costumbre mensual qué
se llega a cumplir, a la mitad
y te das cuenta siempre al final,
pero nunca pasa desapercibido
cuando lo primordial existe
en la verdad del día que se descubre.

Casualidades puntuales del ser
qué innato sabe,
sacarle la puntilla a los principales
días, cómo este qué es, del hoy
puntual a su fecha y ocasión
para perfilarse más de lleno, al
cumplir su promesa de mes...
estar ahí cómo mínimo el primero
empezando su realce singular.

Palencia, lunes 19 agosto 2019.
Vuela Pluma n.25/2M19.
© Mía Pemán