Palencia, Calle Mayor

Cómo expresar en unas líneas

la esencia de esta ciudad que ahora duerme,

de una Calle que es su núcleo central

apenas el nuevo día comience a clarear

y la vida y la actividad vuelvan a emerger.

 

Es ésta su Calle Mayor Principal,

la que todos los palentinos ensalzan,

aprecian, quieren, pasean

y hasta divinizan cuando recuerdan

que una mítica película allí se rodara.

 

Que su nombre fue “Calle Mayor”,

como la propia vía se nomina,

para palentinos y visitantes

que cada día la recorren,

percibiendo que en ella el tiempo se detiene.

 

Y es concurrencia, encuentro y cercanía

cada paso que uno emprende en esta vía.

Y es también apego y sabor añejo

pasear bajo sus soportales de antaño,

que a uno le resguardan de la lluvia y el frío.

 

Y es magia escondida en sus rincones,

de tiendas y comercios de siempre

que el tiempo modernizó un día;

pero que sus espacios guardan la esencia

que a los palentinos olvidar no les place.

 

Y es silencio y recogimiento,

cuando el Paso del Descendimiento

y otros de la Semana Santa,

la surcan de Norte a Sur

mientras el tararú suena en puro lamento.

 

Pero es a continuación alegría y fiesta,

cuando la cruzan las charangas,

bullangueras y festivas,

que le dan vida y alegran la ciudad,

coincidiendo con las fiestas de San Antolín.

 

Y de pronto otro día, como calle que es,

acoge también la reivindicación,

mediante la oportuna manifestación,

de la salvaguarda de algún derecho,

denuncia, o puesta en valor de algún hecho.

 

La de secretos que guardarán sus soportales,

y que sus columnas confirmarán sin más.

La de noviazgos iniciados en sus paseos,

tras la misa de doce y el vermut de mediodía,

que esta Calle ostenta en su haber, gloriosa.

 

Por eso ha sido, es y será,

fiel testigo del acontecer palentino

que a lo largo de todo su recorrido,

descubre la mejor muestra de acercamiento

donde todos se encuentran con todos.

© J. Javier Terán.