Realidad Palpable... no Ficción

https://youtu.be/FOLV1tVErDQ

Mirando al pasado y quizás,
aun rescatando un presente
qué está ahí en momentos,
dejando entrever que sigue
siendo una parte importante,
destino de ese ayer incompleto.

El mar, conocía desde su niñez
más no sabía lo traidor que era,
y casi engulló su triste figura
cuando menos lo esperaba, cayó
no veía apenas por dónde caminaba
y sin saber cómo ni porqué
al interior animaron a seguir
yendo en compañía de la envidia,
mientras avanzaban... un empujón
ayudó a caer y una ola, la tumbó.

En auxilio la fueron a buscar y...
ayudaron a llegar hasta la arena,
qué sin aliento estaba...
cuándo la reanimación surgió
volviendo a respirar normal,
cuenta le dio de una persona
qué a su lado estaba, un familiar
medio allegado, y la preocupación
salió a medias mientras alaridos,
fue escuchando y el griterío
desbordóse, de momentos amargos.

Una descomunal bronca aturdió
esa descompostura juvenil,
dejando constancia de un salto
qué la vida anormal, propinó la
bofetada dada, sin ton ni son.

Realidad palpable... no ficción,
se propaso con acentos y comas
dejando indicado, los movimientos
no accesibles nunca más.

Arena fina, para jugar y sentarse
no llegarse ni a la orilla pasear,
ni rozar las olas al caminar sino
se iba en compañía vigilada, las
cascarejas solas se quedaron
y los caracolillos tristes estaban.

Fue un primer verano en el Mediterráneo,
cuándo al Cantábrico nunca ocurrió
nada parecido ni tan siquiera pensado.

Su arena te tragaba y mordía
en esas playas de aguas frías,
qué salía el sol por la mañana
y al llegar la lluvia premeditada,
todos a recogerse para no mojarse
toallas y cubos se guardaban,
era cómo decir... no puedes estar
sin el permiso concedido del día.

Años después, pasaba lo mismo
y era pensar... las toallas corren
se retiran, hasta poder volver
las lagartijas se esconden y luego
más tarde, vuelven a estirarse
al Sol, para tostar sus fríos cuerpos.

Mojabanse las patitas y a la toalla
dándose la vuelta para cogerse
mejores tajadas, sin darse cuenta.

El Cantábrico daba esa estampa
siempre en las playas, las gentes
veías tumbarse al mejor calor.

El Mediterráneo, es diferente
no llueve ni has de salir corriendo,
más tranquilo si cabe... pero
existen gentes, qué las envidias
azotan y a empujones tiran,
lo que, nunca pasó al Cantábrico.

Pasando fueron los años sin más,
y los recuerdos de nuevo regresaron
no quedándose para siempre,
dentro de un orden aún están
presentes en la memoria infantil
qué la juventud trajo pasajes, de
una niñez y que la madurez vivió.

Palencia, viernes 23 agosto 2019.
Vuela Pluma n.26/2M19.
© Mía Pemán

Comentarios

  1. Me encanta esta canción... Y sí, qué diferente al Cantábrico... Gracias Mía. Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Hola Mia en estas horas del medio día paro a descansar un poquito y hacía tiempo que no escuchaba este tema. dos mares sus gentes
    y sus diferencias percibidas por toda una vida.
    Comenté en tu blog
    Feliz miércoles.

    ResponderEliminar
  3. Pues, no... no ha quedado puesto, se debió escapar AraCeli...
    Solo sale éste aquí, así qué no te puedo contestar a lo qué quisiste poner.
    Mira si te acuerdas, lo puedes insertar aún... y allí te contestaré, cuando lo hagas.
    Feliz tarde mercuriana, que ya nos trajo al medio de la semana última de éste agosto que se va, marchando...
    Petonets...

    ResponderEliminar
  4. Si claro, esto te comenté hace unas horas .En el blog lo hice anoche.
    besos.

    ResponderEliminar
  5. Pero, cómo dices que lo hiciste en mi blog, pensaba era en Letanías... por eso mi comentario.
    Petonets,

    ResponderEliminar
  6. Es qué, está de maravilla Julie...
    Cierto, así mismo es, en los dos he estado, y lo sé muy bien.
    De nada, no hay porqué, pero... también a ti, muchas gracias.
    Besos.

    ResponderEliminar
  7. Diferentes son, desde luego, estos dos Mares, Mía. Yo me quedaría con el Mediterráneo, pero con una condición, por las noches para pasarlas cerca del Cantábrico.... En fin, si se pudiera.... Abrazos.

    ResponderEliminar
  8. Si vivieras más a menudo cerca del Mediterráneo, sabrías bien, qué las noches veraniegas, son agradables si tienes aire que condiciona el espacio... jajajsjajaja
    Sin embargo, en invierno, los primeros años, ni abrigo te pondrías, te estorbaría...
    Ahora bien, cuando ya llevarías unos cuantos años viviendo, te haría falta...
    Para tenerlos los dos a la vez, mientras tanto... habrías de ser piloto y tener un Jet Privado, para viajar en las tardes-noches, al Cantábrico... y luego regresar, lo cuál, al final, te cansarías un montonazo...
    Abrazos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario