La cúspide del orgasmo

Lasciva la mirada que penetra en mi piel
en el suspiro encendido de gemido
adentrando tu espíritu altivo
en la cueva de los deseos prohibidos.

Te acaricio con el pensamiento antes
que tú me dones lo que tú sabes donar
me impregno con tu aroma que penetra,
hasta donde, deliciosamente llega

Desnuda ante tus ojos, tus manos acariciando mi sexo
tu boca bebiendo el néctar de mis pechos
seduciendo atravesando mi cueva
con fuerza pasión y fuego.

La espera del placer hace soñar,
porque lo sé que pronto en la cima,
juntos, llegaremos, para esperar
de dar paz a esta gran gana.

Lamo cada pedacito de tu piel
absorbo con mis labios la espada
que ha de forjarse en un orgasmo
si puede llévame a la locura de tu mano

Sentir tu lengua me estremece y del placer
de ti, de mí que a menudo nos buscamos,
suspendidos de deseoso frenesí,
el dulce sufrimiento es la llamada

Lasciva, desnuda y con piel de diablo
abro mis piernas, espero tu antorcha
mientras acaricio, tiemblo y araño
ese instante repetitivo y alocado.

Que amplifica nuestra fantasía,
con voluntad suspendidos a este ramo,
reencontramos juntos la magia
de ser tu anhelo… mi placer.

Muerde mis pezones
olvida que tengo un corazón robado
que del amor sólo quiero el fuego de cuerpo
en mis labios, cueva del deseo
entra, con la grandeza de un rey
consumiendo lentamente mi fuego
préndete conmigo…calla en un estruendoso
éxtasis de pasión.

Tus pezones erectos que punzan mi pecho
e incitan mi miembro a adentrarse
más en tu cueva
me olvido de todos menos del placer,
placer que siento entre tus piernas y hago caso a tus suplicas
mordiendo tus pezones y masajeando tu clítoris
haciéndote esperar pero sin tu gana calmar
incendiándome contigo en esta hoguera
que nos lleva a la cúspide del esperado orgasmo.

© Maisaga