Dentro de tu armadura de hierro,
se esconde un corazón de arcilla,
guerrero con cota de mallas de acero,
ligadas con remaches y correas,
tus emociones encarcelas
y rebotan cuales flechas y ballestas
Déjame ser la escultora de tu templo sigiloso,
alfarera en el Valle de Hinnon,
con los ojos sellados y las manos incansables
tallar tu cuerpo friable de caolín,
cincelar la línea de tu rostro mineral y limoso
y modelar sutilmente tus quimeras y fantasías
© Esther Coïa / Diciembre 2019
Una belleza mi niña. Sin más palabras.
ResponderEliminarExcelente trabajo.
Enhorabuena!!!
Esther Cola, bien elaborando y cuidado poema, vas tallando los versos uno a uno y formando un ser con el calor de la diosa dejándo caer el fuego por el valle del hijo de Hinóm
ResponderEliminarformando el ser de diferente mineralogía,
Modelando sutilmente tus quimeras y fantasías.
Gracias por deleitarnos con tus letras.
¿La imagen de quien es?
La he visto en varias ocasiones pero no recuerdo su autor.