Mente de partida

 

Tómalos, me paseo en el primer mar.
Quería mirarlos brillando maravillosamente blancos.
Quería verlos brillando en rojo en la puesta de sol.
por los siglos de los siglos.

Por la noche, tranquilos, aquellos que retozaban en las proximidades del continente no se escapaban aunque me acercara.
Por el contrario, me hablaron.
Ese gran cuerpo, no, podría ser mejor decir que es una cara, me hablan, mientras se acercan a mi cuerpo blanco brillante.
Mientras decía que no habían hablado con humanos durante mucho tiempo, mirarme por su ojo azul.
Mientras deformaba mi cuerpo para evitar esa cara, les dije que vi mariscos expresivos por primera vez.
Querían saber de dónde venía, por qué estoy aquí, cuál es mi nombre y sobre mí.
Les dije que venía de la ciudad en medio del continente, que vi el mar por primera vez, el nombre Ediherah.
Llegamos a conocernos.

Uno de ellos dijo "es casi la hora" y otro "Oh, es cierto".
Entonces el viento comenzó a soplar desde el continente.
Pregúnteles "¿Te vas a casa?"
"Oh, es cierto"
Yo digo "Me gustaría ir contigo, al mar".
Mientras gira "Oh, está bien", me da la espalda.
"Vamos, súbete a mí"

Cuando recibimos el viento que sopla del continente, regresamos al océano.
Junto con ellos, recibo el viento en mi cuerpo.
Brillan de color rojizo sobre el cuerpo blanco brillante y corren a través del mar hacia la puesta de sol roja.
Este es el mar. ¡Qué hermoso es!

Y miro hacia arriba.
Pienso en la gran luna flotando allí.
Pienso en el océano llamado universo.
Algún día iré.

© Harehide Sasaki