Iluminados por el sol de la mañana,
la habitación estalló en silencios
dejaron de buena gana su clamar
y sus esperezos sobre la cama
el amor perdura entre versos.
Dos láminas en blanco y el rotring
decidió volver a pintar sus pechos
perfilar los límites, de sus hombros
Voló un beso llenando de música el lugar.
La ve puliendo cristales con las alas
nace para él, de nuevo … el alma de mujer
de labios carnosos que adora ver
y que al pintarle, de nuevo
le sirve de excusa para acariciarle
le pone de forma suave la inclinación de la cabeza
tocando su nuca y la clavícula.
Piel de cobre, como ninguna
que se convierte en pluma
cuando desea volar
y el se alarga
le escucha recitar
le besa para acariciar el cielo
con todo su celo.
Ella una vez más;
Donde el Río fluye lentamente
se deja tomar la frente
sobre el agua
perversión
de instintos,
intima comunión.
Sobre sus cuerpos frescos
se dejan abrazar
por el calor del Sol.
© Araceli García Martín
17/07/2019
Tierno, misterioso, romántico poema. Mi abrazo Araceli. Feliz semana.
ResponderEliminarQue bueno que lo veas así Julie gracias por tu cariño
ResponderEliminarBesitos
Como un vals. Me ha encantado.
ResponderEliminarIsabel
ResponderEliminarPues que bueno que sin tener musica tu escuches esas notas
al leer,
Gracias por comentar.
Cariños