Amor, ánfora llena de primores,
tus latidos avivan esa brasa
singular habitante de mi casa,
y en la tarde con más hondos temores
ruego por el señor de mis amores.
Se consume la noche y el tiempo pasa
conmoviendo el instante que traspasa
el corazón ahíto de clamores.
La mirada de cisne se te ha ido
tras el ocre horizonte de las huellas.
Con otro olor de azahar hoy te desposan.
La nupcial marcha llora sin gemido
entre el réquiem cantado por estrellas.
Los amantes unidos ya reposan.
© May Gracia
Maravilloso grandioso poema May Gracia.
ResponderEliminarsutiles y hermosas metáforas.
Felicidades
Canto de amor ensalzando aquella celebérrima historia de los "amantes de Teruel", descrita a las mil maravillas. Saludos.
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