Tierra extenuada y enfermiza,
tras el peso de nuestros deslices y maldades,
en tu caída, doblas las rodillas,
ante esta amenaza invisible,
quebrantas nuestros valores e ideales.
Es hora de aprender a abrigar y escudar la vida,
dejar de arruinar y desmantelar nuestro planeta,
hurtar sus tesoros bondadosos,
emponzoñar sus océanos y sus ríos,
lesionar y menoscabar a nosotros mismos.
Respiración solapada y libertad prohibida,
creencias e instituciones derrumbadas,
es hora de iniciar un viaje interior,
para mirarnos y aceptarnos tal como somos,
con recogimiento, humildad y sagacidad.
Para que el universo suspenda su jadeo
para ser y no parecer,
para inventar un nuevo mundo,
para ser nuestra propia luz,
rescatando, el amor y la sabiduría.
© Esther Coïa / Abril 2020
Es tiempo de ello, en efecto, Esther. Sea pues. Abrazos.
ResponderEliminarSiempre sorprendiéndome con la belleza que nos dejas,
ResponderEliminarbellas palabras y hermoso desnudo masculino.
Besos bella mujer